No hay duda de que con su decisión de retirarse del acuerdo con Irán, el presidente estadounidense Donald Trump ha tirado a la basura muchos años de negociaciones para impedir que Teherán fabrique su primera bomba atómica.
Ahora, el gobierno iraní ha anunciado que renunciará a varios de sus compromisos nucleares establecidos en el pacto con el Grupo 5+1, firmado el 14 de julio de 2015 en París por representantes de Estados Unidos, Francia, China, Rusia y el Reino Unido, más Alemania.
Por lo tanto, Teherán dio un plazo de 60 días a los firmantes de ese convenio para que obedezcan los dictámenes de Washington o que salven dicho documento ayudando al gobierno iraní, pedido al que Rusia y China han respondido positivamente.
A partir de ahora, entonces, Irán no limitará más sus reservas de agua pesada y de uranio enriquecido como había prometido durante el gobierno de Barack Obama (2009-2017), con lo cual el reloj nuclear se ha puesto otro vez en marcha.
La tensión internacional ha crecido indudablemente. Sin embargo está lejos de parecerse a esos tiempos en los que Irán era criticado por Washington e Israel a raíz de su supuesto poderío nuclear.
En respuesta a la decisión del gobierno de Hasan Rohani, la Casa Blanca aplicó nuevas sanciones al sector minero y al acero iraní. Y además envió dos portaaviones y bombarderos B-52 a Medio Oriente para presionar al gobierno persa.
"Una guerra es siempre posible especialmente cuando las partes incrementan sus fuerzas militares en la zona del conflicto, como sucede ahora con Irán y EEUU en el Golfo Pérsico", dijo a Télam Mario Sznajder, profesor emérito en Ciencias Políticas de la Universidad Hebrea de Jersualen.
Enfrentamiento
Para este analista, “Netanyahu es enemigo declarado de Irán. Y el incremento del nivel de enfrentamiento entre este país y EE.UU. va acorde a su visión estratégica que sostiene que hay que detener la nuclearidad de Irán por cualquier medio posible”.
"Israel no busca la guerra con Irán. Pero hay que tener en cuenta que Irán apoya a Hezbollah, en el Líbano, y a la Jihad Islámica en la Franja de Gaza. Ambos grupos son radicalmente anti-israelíes", afirmó Sznajder.
A simple vista, la actitud del presidente estadounidense no parece ecuánime: por un lado condena a Irán, con quien Washington había firmado dicho pacto y, por otro, permite que otros países continúen con su actividad atómica, entre ellos Corea del Norte.
De todos modos hay muchas diferencias entre el caso iraní y Norcorea, ya que Pyongyang posee una docena de bombas atómicas, según informes de la Federación de Cientistas estadounidenses.
La Unión Europea, además, respaldó el acuerdo con Irán. Bruselas le pidió a Teherán que preserve el pacto firmado con seis potencias mundiales, en tanto lamentaron las sanciones económicas impuestas por Washington.
El bloque de 28 países introdujo el llamado "estatuto de bloqueo", que protege a las empresas europeas de los efectos de las sanciones estadounidenses. Sin embargo muchas corporaciones internacionales, que hacen negocios con Washington, ya han cortado sus vínculos comerciales con el gobierno de Rohani.
Este presidente moderado iraní, que compite con los fundamentalistas que siguen al líder supremo Alí Jamenei, ha respondido con firmeza a las presiones de Washington.
Como era de esperar, Israel fue uno de los primeros en condenar la actitud de Irán de restablecer parcialmente su programa nuclear.
Así, respaldando la decisión de Washington de retirarse del acuerdo el pasado 8 de mayo de 2018, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, advirtió que no permitirá que Teherán construya armamento nuclear.
Israel continuará luchando contra "quienes nos matarían", dijo el premier hebreo.
Desde que inició su campaña a la presidencia en junio de 2015, Trump se ha manifestado en contra del también llamado Pacto Conjunto de Acción Comprehensiva (JCPOA, en sus siglas en inglés), firmado por Obama con Irán.
Por eso, en una prueba más de su obsesión con este convenio internacional, el mandatario afirmó que el ex secretario de Estado, John Kerry, debería ser procesado por haberse reunido con funcionarios iraníes después de dejar ese cargo, informó el viernes el diario The Washington Post.
Avalado por una gestión económica que ha reducido el desempleo al 3,6%, la cifra más baja en los últimos 50 años, el magnate trata de ser fiel al postulado de su campaña presidencial: "Primero Estados Unidos".