El relato de Pérez se descascara

En su último año, el Gobernador terminará gastando en sueldos 265% más que Jaque en su despedida. Y destinará a obras públicas menos dinero que en 2011.

El relato de Pérez se descascara

Por Marcelo Zentil - mzentil@losandes.com.ar

¿Alguien puede en este país decir que gana 3,33 veces más que hace cuatro años? Y si existiera el caso, ¿es posible que gaste todo ese dinero y aun deba endeudarse para llegar a fin de mes? Para la primera pregunta, la respuesta es el Gobierno de Mendoza. Para la segunda, un simple “sí” y el ejemplo más cercano es…   el Gobierno de Mendoza.

Francisco Pérez llega gateando al final de su mandato, implorando ayuda a la Nación para pagar los sueldos y sin crédito político. 
Pero él por momentos parece empecinado en sostener su propia realidad y creer la suya casi como una gestión épica. Eso se notó el lunes, cuando no pudo ocultar su enojo por el informe de una consultora que dejaba en evidencia la poca inversión en obras.

Desde que se lanzó como candidato, Pérez soñó quedar en la historia provincial y proyectarse a la Nación. Casi un nuevo José Octavio Bordón. Y ese fue el “espíritu” que quiso instalar desde que asumió. Venía a hacer lo que nadie había hecho, a completar el proyecto inconcluso de la “Naranja” en los '90.

Pérez creía que podía construir su propio relato, parecido al del kirchnerismo pero con toques de mendocinidad. Y entonces prometió casas, diques, rutas pero también, y sobre todo, símbolos. Mendoza volvería a ser la líder de la región, decía para explicar su primera gran meta.

Esas ínfulas las alimentó también cierta cercanía con la Casa Rosada, que en un principio vio en él una cara nueva dispuesta a ser usada para algunas batallas. Por eso estuvo en la avanzada contra Repsol, cuando apenas llevaba unas semanas en su cargo.

Pero claro, el Gobernador se salteó algunos pasos por el apuro. Nunca entendió que el relato K, un chip insertado en un sector de la sociedad que perdurará años, antes se valió primero de otras herramientas para ser exitoso.

Construcción de poder político, dominación del PJ, seducción de un sector de la oposición, una economía creciente y un puñado de medidas que hoy ni el más opositor se atreve a cuestionar fueron los pasos iniciales del kirchnerismo.

Luego, sí, llegó el "pan y circo", con espectáculos llenos de artistas amigos que cobran millones, la apropiación de fechas patrias, un discurso cargado de ofensas y la negación total de la oposición como actor con el cual negociar. Casi una copia fiel del primer peronismo.
Pérez empezó por el final y se olvidó del principio. Casi una nimiedad.

Es el choque de la realidad que él se construyó con la verdad lo que lo enoja, lo molesta. Y por eso intenta manipular algunos datos para sostener su relato. Pero los números son concretos y no lo favorecen.

El derroche

Desde que asumió Pérez, es cierto, la economía no creció como en la década previa y de hecho la caída de 2014 se comió toda la mejoría de los dos años anteriores. La promesa que significaba Vale se esfumó. Y la inflación anuló por completo la poca competitividad que podía mantener hace cuatro años la producción local.

Pero aún en ese contexto, el Estado mendocino fue un favorecido: sus ingresos por recaudación propia y coparticipación nacional, de confirmarse la tendencia que muestran hasta ahora las cuentas públicas, habrán crecido al finalizar este año 233% respecto de 2011.

Ese número es muy superior a la inflación que durante el mismo período midieron las direcciones de estadísticas provinciales que resistieron la manipulación K. Desde el 1 de diciembre de 2011 hasta el 31 de agosto, ha sido de 150%. Proyectado al final de esta gestión, podría llegar a 160%. La brecha como se ve es muy grande.

Pero esa buena performance de los ingresos provinciales, gracias sobre todo a una fuerte suba de los impuestos en sus dos primeros años, no alcanza para cubrir el crecimiento de la principal partida presupuestaria: Personal.

Lo destinado a sueldos subió en el mismo tiempo 265%, con saltos interanuales muy grandes: en 2012 fue de 42%y en este 2015 (hasta julio) acumula 41,5%. Estos valores hacen parecer austeros los 34 puntos de 2013 y los 35 de 2014.

Una causa directa de  tal crecimiento son los acuerdos paritarios con los gremios, pero también el siempre negado ingreso de personal, hasta que se mira en las listas de algunos organismos como el Instituto de Juegos, el IPV y hasta en la Penitenciaria. De hecho, en la Casa de Gobierno abundan los contratados que figuran como personal penitenciario.

Ni hablar cuando se sume a los amigos del poder que están quedando en la planta permanente del Estado, a resguardo  de las crisis cíclicas de la economía. El problema es que tan buenos no deben ser en lo suyo si necesitan quedarse a como dé lugar.

El crecimiento inédito de los sueldos fue superior al del gasto público total, que subió los tres primeros años 130%. Hasta el 31 de julio último (según los datos publicados en la página web del Ministerio de Hacienda) el alza interanual registrada es de 42% y de mantenerse esta tendencia, cuando se vaya será 228% durante todo el mandato.

¿Por qué si la recaudación subió algo más que las erogaciones totales, la crisis financiera y fiscal estalla en todos los rincones? La primera explicación es que Pérez recibió una provincia con un fuerte déficit: el último año de Celso Jaque cerró con un rojo de $ 1.237 millones, el 10% del presupuesto ejecutado ese año.

La segunda causa es que durante su gestión nunca ordenó los gastos, hubo derroche, mala priorización y demasiada generosidad en las negociaciones con los gremios estatales. Algo que hasta el candidato oficialista a la gobernación, Adolfo Bermejo, debió reconocer en la campaña.

Rojo profundo

Desde que asumió, Pérez redujo el déficit fiscal en términos porcentuales respecto del Presupuesto, pero nunca pudo eliminarlo: 948 millones en 2012, 1.427 millones en 2013 y unos esperanzadores 558 millones en 2014, que lo hicieron sostener su promesa de irse con los ingresos y egresos equilibrados.

Pero este 2015 ya pinta como el peor de su gestión: la ejecución presupuestaria muestra desde junio las cuentas en “rojo”, algo que al menos los años anteriores sólo se notó contablemente recién en diciembre.

Al 31 de julio, el desequilibrio era de $ 382 millones. Y de acuerdo a los datos que manejan en el entorno del gobernador electo, Alfredo Cornejo, ese número trepará a unos 3.500 millones al finalizar el año (sin contar los 2.000 millones de amortización de deuda). Un 9% del total de gastos, casi lo mismo que el último año de Jaque. La mejoría fue sólo pasajera.

Pero aquella despedida jaquista tiene una gran diferencia con este presente: ese cuantioso déficit era equivalente a lo destinado a obras públicas ($ 1.106 millones de pesos) y bienes de capital ($ 147 millones), o sea el 10% del Presupuesto.

Con Pérez, nunca se llegó a ese nivel de inversión y no sólo eso: se va a ir sin siquiera igualar ese monto, pese a la inflación. En 2012 la partida de “Trabajos públicos” se llevó 785 millones y la de “Bienes de capital” 82 millones; en 2013, 688 y 133 millones, respectivamente, y en 2014, 946 y 136 millones.

En 2015, para mantener la participación en el Presupuesto de 2011, se deberían invertir $ 3.600 millones en obras y $ 450 millones en bienes de capital. Pero hasta el 31 de julio, se destinaron 718 millones y 80 millones, respectivamente.

Una proyección lineal podría llevar a emparejar las últimas cifras de Jaque. Pero lo cierto es que después de la derrota del peronismo el 21 de junio, el ritmo de ejecución decayó casi a 0.

Una muestra es el ensanche del Acceso Sur, llamado a ser la obra más importante de esta gestión, que debería estar avanzando desde Rodríguez Peña hasta el Acceso Este, pero quedó paralizado hasta una mejor oportunidad por falta de recursos.

Uno de los caballitos de batalla del relato paquista ha sido la construcción de casas. El Gobernador prometió entregar 12.000 durante su mandato, pero como no avanzó como pretendía, entonces apeló a la confusión: suma las casas y las ampliaciones hechas, las que están en ejecución, las licitadas, las que planea licitar y hasta las del Procrear, en las que no interviene para nada.

Lejos del relato, la realidad indica que hasta ahora, cuando faltan tres meses para que se vaya, son 5.800 las casas nuevas que terminó y 1.400 las que están ejecución. El déficit, al parecer, no es sólo en las cuentas.

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