El rehén de Lanatta y Schillaci: “Estaban armados pero me trataron bien"

Así lo manifestó el trabajador del molino de Santa Fe donde fueron capturados los prófugos del triple crimen.

El rehén de Lanatta y Schillaci: “Estaban armados pero me trataron bien"

Franco Martín, trabajador de un molino de la localidad santafesina de Cayastá tomado de rehén esta mañana por Cristian Lanatta y Víctor Schillaci antes de ser recapturados, aseguró hoy que los delincuentes "estaban armados" pero que lo trataron "bien", al tiempo que reveló que los reconoció "enseguida" aunque se hizo "el tonto" para no correr riesgos.

Ahora, la esposa del rehén, llamada Lourdes, ya anunció ante la prensa que va a reclamar la recompensa de dos millones de pesos que ofreció el Gobierno bonaerense para quien aportara datos que permitieran hallar a los prófugos.

Franco Martín tuvo contacto con los prófugos cuando esta mañana, siguiendo las instrucciones dadas por su jefe -de vacaciones de Brasil- se presentó en la arrocera acompañado por la policía ante la posibilidad de que los evadidos pudieran estar en la zona.

Incluso, fuentes del caso contaron a DyN que, a diferencia de lo que hacía siempre y por sugerencia de su esposa, Martín fue al lugar en moto y no en camioneta.

Y se especulaba con que si hubiera asistido con un vehículo cuatro por cuatro, Cristian Lanatta y Schillaci hubiera tenido la oportunidad de robarlo y probar seguir huyendo.

Lo cierto es que el hombre contó esta mañana a la prensa, apenas un rato después de la detención, que los evadidos lo trataron bien.

"Los dos hablaban, me decía que si me portaba bien con ellos, no me iba a pasar nada. Los dos estaban armados, tenían armas 9 milímetros. Pero siempre me trataron bien", afirmó.

En declaraciones al canal C5N, el hombre dijo que cuando llegó la Policía al lugar, los condenados se estaban poniendo ropa de trabajo que él llevaba en su mochila, y que no hubo disparos al momento de la detención.

Martín contó también que Lanatta y Schillaci lo sorprendieron cuando estaba ingresando a su lugar de trabajo, un molino arrocero de la localidad de Cayastá, y si bien afirmó que los reconoció "enseguida", dijo que "se hizo el tonto" para no correr riesgos.

"Me di cuenta enseguida, pero me hice siempre el tonto como que no los conocía, que no sabía nada. Y ahí pasó que me llevaron para adentro", dijo.

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