El año 1925 marcó un antes y un después en la historia cultural mendocina: ese año se abrieron por primera vez al público las puertas del Teatro Independencia.
La primera obra que se representó, el 18 de noviembre de ese año, fue “La emigrada”, interpretada por la Compañía Argentina de Dramas y Comedias, con la primera actriz Camila Quiroga.
La ley para su construcción fue sancionada el 4 de octubre de 1923, y habilitó al Poder Ejecutivo provincial a llamar a licitación para la puesta en marcha de las obras.
También se incluía la realización de un casino y un hotel, ya que estaba estipulado que la instalación de la casa de juegos debía realizarse en la misma manzana en la que se construyeran un teatro y un lujoso alojamiento, con el objetivo de que los visitantes tuvieran la posibilidad de acceder a diversión y cultura a pocos pasos de su hospedaje.
Así se iniciaron las obras del hotel Plaza y el Teatro Independencia sobre calle Chile (este último en la esquina con Espejo) y, sobre 25 de Mayo, el Casino.
Cultura penitenciaria
Antiguamente, en esa manzana ubicada en las calles Chile, 25 de mayo, Espejo y Sarmiento se encontraba la penitenciaría. Allí funcionó hasta 1907, hasta que los reclusos fueron trasladados al edificio de la avenida Boulogne Sur Mer. Las instalaciones, entonces, pasaron a ser utilizadas por los bomberos.
La monumental obra demandó dos años y estuvo a cargo de la empresa constructora de los ingenieros Perrone y Ayerza, quienes se basaron en los planos del arquitecto Alfredo Israel. Los tres inmuebles fueron erigidos en hormigón armado, siguiendo lineamientos franceses y, a su vez, con destellos clásicos.
La concesión del Teatro fue dada al portugués Faustino Da Rosa (famoso cantante lírico) y al empresario italiano Walter Mocchi. Desde ese momento, los extranjeros trabajaron para ofrecer una temporada de espectáculos líricos sin precedentes.
Además del Independencia, Da Rosa y Mocchi administraron el Casino y el lujoso hotel Plaza.
Teatro con pantalla gigante
Inmediatamente, el Teatro Independencia sirvió de sala cinematográfica donde se proyectaban las mejores películas del cine mudo.
El 15 de mayo de 1930 se estrenó en Mendoza el primer filme sonoro, llamado "El desfile del amor", con la actuación del francés Maurice Chevalier, Jeanette MacDonald y Lupino Lane.
Desde su construcción, el Teatro ha sufrido varias modificaciones. La más importante fue en los primeros años de la década de 1940, cuando se agregaron detalles ornamentales de estilo francés con reminiscencias griegas. Tras los trabajos, las puertas del teatro se reabrieron en 1944 con la proyección de la laureada película “Casablanca”.
Más tarde, un incendio consumió parte de la estructura y el Teatro estuvo cerrado desde 1963 hasta 1965.
Para 2003, el Independencia quedaba chico para todos los visitantes que solía recibir. Por eso se hizo una gran ampliación, que incluyó moderna infraestructura y grandes avances tecnológicos.
Las últimas remodelaciones fueron entre 2009 y 2010.