Cuando Daniel Garnero definió su situación con Independiente se encontró con un plantel lleno de caras nuevas. Esas incorporaciones fueron consensuadas para lo que necesitaba el técnico, pero de reojo seguían mirando, esperando, a uno de los jugadores que la Lepra tuvo en el 2014, hasta que se lesionó: Abel Peralta.
El volante trabaja a destajo para poder volver, ya que 10 meses atrás dejaba la cancha ante Almirante Brown y no la volvería a pisar hasta el clásico con Gimnasia de la semana pasada.
De esta manera, Garnero sumó un gran “refuerzo” para su proyecto, ya que Peralta le otorga esa marca que quiere en el sector derecho, pero además el aporte de un jugador que sabe terminar la jugadas en ataque.
“Extrañé jugar, fueron 10 meses muy duros para mí, pero gracias a mi familia y a mis compañeros pude volver”, contó Peralta con una emoción que emocionaba.
Tras casi un año sin jugar, pisar de nuevo la cancha y jugar todo el partido fue especial para el surgido en Gutiérrez: “Es una linda sensación salir de nuevo a la cancha se sienten los 10 meses de ausencia, pero también es algo lindo. Además me voy contento porque pude aguantar los 90 minutos”.
Manejar la ansiedad previa al partido fue otra de las duras tareas con las que tuvo que lidiar Peralta: “Estuve muy ansioso, por eso traté de ocupar la cabeza en otras cosas, pero sabiendo que iba a tener una obligación importante con el grupo.
Además la gente me preguntaba en la tribuna cuando volvía, pero yo quería estar tranquilo porque tarde o temprano tenía que llegar la oportunidad para volver y sabía que no podía desaprovecharla”.
Peralta surgió de Gutiérrez jugando de delantero y en esa condición llegó a la Lepra, luego pasó a jugar de volante y ante Central Córdoba jugó como lateral. Todo un polifuncional: “En algunos partidos terminé jugando de 5, pero acá lo importante es poder jugar y que el equipo gane, no importa en el puesto que yo juegue. El delantero de área que fui en un comienzo se perdió (risas)”.
En un momento asustó a todos, ya que cayó mal sobre la rodilla que tuvo lesionada, pero pudo volver: “En esa jugada la cabeza me jugó un poco en contra, el tema es que me tocaron en el aire y caí sobre la rodilla que tuve lesionada y eso me asustó un poco, pero también lo usé para recuperar un poco el aire (risas)”.
Su regreso fue en el clásico ante Gimnasia, algo que se sigue ponderando a medida que pasan los días: “Esto es largo, pero era muy importante ganar el clásico porque sabíamos lo que significaba para la gente y para el grupo”, cerró.