El recreo es un desafío para los niños con autismo

Especialistas sostienen que el patio pone en juego su vinculación en lo social, que es lo que más les cuesta.

El recreo es un desafío para los niños con autismo
El recreo es un desafío para los niños con autismo

El patio del colegio puede convertirse en un verdadero desafío para un niño con autismo, un territorio que puede resultarle incluso hostil. El autismo se caracteriza por la dificultad para establecer vínculos sociales,  entre otras particularidades y en ese ámbito es justamente donde su relación con los demás está menos mediada.

Los chicos que están incluidos en colegios de educación común suelen tener un docente de apoyo en el aula que los acompaña con las tareas e incluso en lo académico pueden tener buenos resultados, pero el recreo pueden sentirlo hasta como una amenaza. El ruido excesivo, el tipo de juegos, la falta de anticipación de lo que va a ocurrir (algo que los ayuda a lidiar con el entorno) son verdaderos obstáculos por superar en este territorio.

"El recreo es la zona de desestructuración, una zona libre, que para un chico con autismo que necesita anticipación es un territorio inseguro, como arena movediza", describió Daniel Valdéz, doctor en Psicología especializado en en el tema. Explicó que aunque tengan motivación por relacionarse a veces no saben cómo hacerlo.

"Es un lugar con muchos estímulos, con gente que corre, va y viene, en el que los chicos con autismo que son hipersensibles a movimientos y ruidos se sienten amenazados", destacó.

Valdéz explicó que es importante apoyarse en las fortalezas de esas personas, entre ellas la sistematización y mencionó que el aula tiene eso por lo cual no se les complica tanto realizar tareas y llevar agenda. Pero el patio no tiene mucho de esto. 

Descarga necesaria

"Mi hijo va a tercer grado y necesita descargar porque está mucho tiempo sentado en clase, pero las maestras no quieren que corra, tienen miedo que se caiga o empuje a otro niño", relató Gabriela Quinteros, quien tiene un niño de 9 años con autismo que va a una institución escolar privada.

Asegura que tanto los compañeros como los docentes y autoridades han logrado trabajar bien con él, pero el recreo sigue siendo un problema. Contó que en jardín era más fácil porque había juegos como columpios que le permitían descargar esa energía contenida pero en la primaria ya no hay.

"Con los compañeros lo difícil es el griterío todo el tiempo ya que es un estímulo constante, ellos necesitan liberarse y más que nada correr o tirarse al piso", agregó en referencia a la necesidad de actividad física. Acepta que el patio es el gran desafío, "porque ahí se pone en juego su vinculación social que es lo que más le cuesta".

Dijo que le envían notas desde el colegio para poder controlar la situación pero señaló que todo lo que pueden hacer es tratar de que esté tranquilo con la intervención del maestro de apoyo. Ocurre que ante la falta de descarga, el niño luego se siente cansado, agobiado y le cuesta concentrarse lo que afecta su desempeño.

Situación estresante

Roxana Calvo es referente local de la organización "Creando puentes" de alcance en toda Latinoamérica y trabajan sobre síndrome de Asperger, una de las formas de autismo. Explicó que el patio de la escuela es donde más problemas se presentan porque es donde más interactúan socialmente porque su juego es atípico y no es entendido entonces tienen trabas para relacionarse.

"Esto los perjudica, cuando son chiquitos se aíslan y juegan solos", subrayó. Consideró que en algunos casos cuando ya llevan un tiempo en la institución establecen vínculos con algún compañero que comienza a conocerlo y entender sus tiempos lo cual los beneficia mucho.

Para Roxana la inserción en un colegio de educación común puede ser un camino difícil y frustrante pero al mismo tiempo necesario para adaptarse a la sociedad en la que viven para poder desempeñarse y tener un  trabajo cuando sean adultos.

Advirtió además que muchos chicos llegan con una carga de estrés desde la casa ya sea por malos vínculos allí o falta de comprensión de su situación y eso le agrega estrés al colegio.

"Ellos tienen en su casa como un refugio donde pueden ser libres y ser como son ellos, así pueden soportar las horas de escuela, pero si los padres no los comprenden, no saben del tema o cómo llevarlo se complica, por eso es fundamental que los padres estén bien informados", subrayó.

En tanto, Valdéz agregó que  estos chicos son muy sensibles al bullying dado que no interpretan el lenguaje simbólico ni los chistes por lo que es bueno poder anticipar esto al resto de los alumnos para que no se  sientan amenazados.

La importancia de los apoyos

El doctor Valdéz comentó que si bien hay leyes y políticas que contemplan la inclusión persisten problemas para lograrlo de manera efectiva en las instituciones.

Destacó la importancia de los apoyos para alcanzar logros en lo cual se incluyen los afectos, los profesionales que acompañan a las personas con autismo y las herramientas disponibles para ayudarlos en esto de comunicarse, entre otras cosas.

Por otra parte es necesario identificar las barreras que puedan afectar su vinculación con el entorno. Recomendó organizar actividades con otros compañeros, llevar juegos para compartir o hacer cosas de a pares.

Laura Farina, coordinadora de los equipos de apoyo a la inclusión de la Dirección General de Escuelas comentó que este año se comenzará a trabajar en equipos interdisciplinarios para un abordaje diferente  en estos casos. Es la segunda provincia en avanzar en un cambio de perspectiva, menos asociado a lo médico y más en el modelo social.

"Nos hace ver a este niño como un ser persona y nos permite hacer una valoración (no evaluación) en el contexto real del niño (la escuela), esto teniendo en cuenta su individualidad porque no todos reccionan de la misma manera aunque tengan el mismo diagnóstico", explicó. Esto permite organizar el apoyo y las trayectoria educativas adaptadas a un entorno y caso particular. 

Inclusión y no integración

Los especialistas hacen hincapié en que se hable de inclusión y no de integración. El segundo término implica que el sujeto se integra al sistema como está, en cambio en la inclusión, el sistema debe adaptarse para brindar los apoyos necesarios a la diversidad.

El doctor Valdéz subrayó que "una de las principales barreras que tenemos para la inclusión es la ignorancia y no hay que ponerle techos al desarrollo".

Encuentro en el auditorio Bustelo 

El Congreso Internacional de Autismo 2019 se realizará en Mendoza el viernes y sábado en el Auditorio Ángel Bustelo. Está abierto a toda la comunidad, desde padres hasta profesionales vinculados a la temática.

El doctor en Psicología Daniel Valdéz es su presidente y expondrá junto a Juan Martos, un experto español en autismo, pionero en el tema en el mundo de habla hispana y Raquel Ayuda, psicóloga y especialista en comunicación y lenguaje. Se sumará Karina Solcoff, especialista en memoria. Las actividades son de 9 a 18.

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