De desgracias y sinsabores se tiñó gran parte de la historia de los últimos treinta años de Club Atlético Gimnasia y Esgrima, por poner una medida, si es que esto sirve para algo. Un par de descensos al Argentino B, la final perdida en 1991 o quedarse afuera del cuadrangular de 1995 por un lugar en el viejo Torneo Argentino A, eran algunas de las manchas a la rica historia de ese Lobo, que supo escribir sus páginas más gloriosas en la década del ‘70 con nombres como los de Víctor Legrotaglie, “Bolita” Sosa, Aceituno, “Documento” Ibañez, Héctor
“Chalo” Pedone, entre otros grandes, que llevaron a convertir al conjunto “Mens Sana” en el orgullo de todos los amantes del fútbol mendocino.
El deseo de “volver a ser” aparecía como un sueño muy lejano. Algo propio de ilusos o fanáticos irracionales que se niegan a asumir la cruda realidad. Pesimismo y cabezas gachas eran moneda corriente en calle Lencinas. Los viejos equipos del Lobo habían dejado el listón muy alto y todo lo que se lograba parecía poca cosa, insignificante, al lado de los Nacionales de oro (tres ascensos al Argentino A no le inflaba en absoluto el pecho al viejo simpatizante de Gimnasia que se negaba a volver a la cancha, ofendido por el ostracismo).
Y casi en un abrir y cerrar de ojos, el futuro llegó. La Primera B Nacional lo espera; sí, el paraíso mismo. Bienvenida la televisión, el minuto a minuto, un torneo organizado por AFA. Es todo.
Adiós Consejo Federal, interminables torneos de infinidad de equipos, calles de tierra, polvo. Hola asfalto, mundo del fútbol real, luces de ciudad y estadios imponentes. Algo más acorde a los aires “pitucos”, logro que sirve para desempolvar el orgullo perdido.
El viejo simpatizante del “Lobo del Parque” ayer a las 19.59 en punto, clavó un agujerito más en la pared de su pieza para reservarle un lugarcito al cuadro con el equipo de Toti Arias.
Bien cerquita de esos posters de antaño. Sergio Oga, Matías Alasia y Cristian Taborda lograron conquistar su corazón y reconoce que estan a la altura de “Chupete” Badía, “Chueco” Vicino, Juan Gilberto Funes, “Panza” Videla, el “Negro” Zolorza, “Cochina” Olguín, “Patón” Sosa, etc.
Hoy, ese hincha nostálgico saldrá corriendo al kiosco de diarios y revistas, con la adrenalina de un adolescente, hecho un pibe, como hacía mucho tiempo que no lo hacía, los años ya no parecen pesarle tanto. Reservará orgulloso un par de ejemplares del suplemento deportivo. Sabe que allí está el recorte más lindo del mundo.
