La demanda que Mendoza presentará ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación, reclamando por los descuentos del 15 y el 1,9 por ciento a la coparticipación federal que aplica la Nación a las provincias, para abastecer a la Anses y la Afip, demuestra que el Gobernador de la Provincia ha decidido priorizar los intereses provinciales por sobre los alineamientos partidarios, lo que habla positivamente de la gestión que está dispuesto a desarrollar.
Los propios allegados al mandatario provincial aseguraron que no se trata de una ruptura política con la Casa Rosada, sino de una acción obligada, para evitar la pérdida de derechos.
Por distintas circunstancias, Mendoza no resultó beneficiada con el "calor oficial" nacional durante el actual período democrático. Santiago Felipe Llaver y Raúl Alfonsín integraban el mismo sector partidario del radicalismo en el retorno a la democracia pero, a nivel nacional, no había mucho para repartir. De todos modos, sobre el cierre de la gestión el gobernador mendocino tomó distancias con el Estado nacional con aquella famosa toma de Los Nihuiles.
El bordonismo no comulgó políticamente con el menemismo durante la época de los 90, mientras muy poco se puede hablar del gobierno de Fernando de la Rúa, porque el país se encontraba atravesando una profunda crisis política, económica e institucional.
Pero el menosprecio y la indiferencia desde la Nación hacia la Provincia se profundizó durante le época del kirchnerismo, aun a pesar del profundo acercamiento político que existió a lo largo de los 12 años de gestión K, que se inició con la aceptación del radicalismo provincial -gobernador incluido- de sumarse a la transversalidad impulsada desde la Nación por Néstor Kirchner, que llevó al radical Julio Cobos a integrar la fórmula presidencial junto a Cristina Fernández.
Cobos y Kirchner llegaron en 2006 a un acuerdo extrajudicial por el cual la provincia dejó de lado un juicio por mil millones de pesos que había iniciado por los perjuicios de la promoción industrial, a cambio de la construcción de la presa Portezuelo del Viento, en el sur provincial. Diez años después, los mendocinos seguimos esperando. Se habla de futuros y prontos anuncios sobre el tema y es de esperar que ello se concrete en hechos.
Lo sucedido con los dos gobiernos provinciales del Frente para la Victoria también fue muy grave. Jaque fue el gobernador "patagónico" (Kirchner decía que Malargüe pertenecía a la Patagonia) pero todo quedó en frases para endulzar los oídos, porque no llegaron obras nacionales ni fondos para concretar iniciativas provinciales, mientras Francisco Pérez llevó el alineamiento nacional a los límites de la obsecuencia, pero los dineros nacionales iban destinados al conurbano bonaerense, donde estaban los caudillos políticos, o al Sur, impulsando obras faraónicas que eran pagadas pero no se concretaban, como está quedando demostrado con las investigaciones que se realizan a las empresas de hombres allegados al kirchnerismo, como Lázaro Báez. Mendoza volvió a quedarse entonces con las manos vacías.
En la actualidad, Macri y Cornejo no pertenecen al mismo partido, pero comparten el espacio político. En lo referido a los planteos ante la Nación, el gobernador de la Provincia dio un paso al frente con la decisión de reclamar por la coparticipación federal. Una decisión importante que ayuda a creer que el mandatario provincial desea anteponer la defensa de la Provincia por encima de los intereses partidarios.
