Como es habitual al menos en la última década, al Carrusel de Vendimia lo precedieron las protestas de turno. Columnas de manifestantes aprovecharon la convocatoria que tiene este desfile para mostrar su descontento con algunas políticas oficiales, sobre todo en materia ambiental.
Así, fue protagonista una larga marcha ambientalista integrada por diversos grupos, la mayoría de ellos protestando contra la actividad minera y la contaminación del agua.
Hubo incluso un grupo de vecinos de Jáchal que viajaron desde San Juan para oponerse a la explotación minera. “Jáchal tiene cinco ríos contaminados, algo que los poderosos pretenden ocultar pero que hay que denunciar para que no ocurra en Mendoza”, alertaba una mujer que encabezaba el grupo; detrás una enorme bandera: “Jáchal, tu pueblo lucha y resiste”.
Fue una columna de casi tres cuadras con pancartas a favor del cuidado del agua y en contra de la contaminación. Enormes muñecos recreaban escenas de la explotación de los recursos y un águila de cartón sobre un largo palo sobrevolaba al grupo.
Detrás de los ambientalistas hubo otras protestas: de las víctimas de gatillo fácil, de los artistas de Vendimia, contra la violencia de género, de ATE, de Judiciales, del Partido Obrero y del Frente de Izquierda, todos entremezclados y reclamando los asuntos más variados.
