Cuando te miro
un criadero de ratones
[patagónicos
me caminan por la boca
como si escondiera
[entre molares
un ingenio parmesano.
Ardillas, lirones y roedores
[espías
aprietan con sus dientes
cervicales y dorsales
llevándose todo
treinta cortes de carne.
Cuando te toco
obedien-te toco,
puercoespines, jerbos y
[conejitos de la India
crecen entre tus dedos
cada vez que pasas
por esa calle que sigue
entre mis piernas
tu avenida
y una tienda de explosivos.
Castores, tuzas y ratas
[canguro
anticipan finales de gloria
cuando quedás,
en ángulo obligatorio
mientras tu boca grita
y mi mano te despide
con una sonrisa
inconfundible
aniquilada
como cuerpo de hormiga.
(*) Diseñadora gráfica, fotógrafa y escritora mendocina. Publica sus textos en milisagrista.wordpress.com