El Mundial de Alemania tuvo una figura descollante. No fue Miroslav Klose, ni Lionel Messi, ni Xavi… el principal atractivo que tuvo el Mundial teutón fue el pulpo Paul, que se ganó el respeto por sus acertadas predicciones y que será difícil de superar.
Paul, hallado en un acuario de Alemania, fue capaz de predecir la primera consagración mundial de España.
Ahora en Brasil apareció la tortuga Cabecao (Cabezona en castellano), quien hasta ahora sólo se animó a pronosticar que la selección de Brasil vencerá a Croacia en el debut del jueves, ya que Cabecao eligió comerse un pescado que pendía de una bandera brasileña en vez de otro que colgaba de una insignia de Croacia.
Esta tortuga de 25 años no quiso quedar mal con los anfitriones, aunque este resultado es, para muchos, una obviedad.