Pobladores de Lavalle reclaman servicio asistencial y transporte

Son unas 100 familias de San José, a poco más de 100 kilómetros de la ciudad de Mendoza. Desde hoy no tendrán médico.

Pobladores de Lavalle reclaman servicio asistencial y transporte

Habitantes del pueblo de San José, en el noreste de Lavalle y a unos 120 kilómetros de la capital mendocina, plantearon diversos problemas que sufren por vivir en la alejada geografía del desierto.

Se trata de una población de alrededor de 100 familias, que representan 400 personas, dedicadas casi con exclusividad a la cría de caprinos.

El más acuciante de los reclamos es la atención sanitaria. “Hoy (por ayer) es el último día en que tendremos médico en el centro de salud N° 76”, dijeron Miguel Azzaro y Darío Jofré, dirigentes de la Comunidad Huarpe Juan Manuel Villegas, que aglutina a los pobladores.

No estaban solos. En el frente del servicio asistencial y haciendo una rueda había 25 ó 30 lugareños, entre mujeres y hombres.

La baja en la atención asistencial fue confirmada por el profesional asignado al lugar. El doctor Gonzalo Aveiro dejó de trabajar en la zona de secano por culminación de contrato y porque tiene que viajar. Lo explicó él mismo frente a sus pacientes.

En Villa Tulumaya, el coordinador del Área Departamental de Salud, Miguel Ángel Marucci, aclaró que la ausencia era momentánea y que con toda seguridad el cargo se iba a cubrir con otro galeno el jueves próximo. “Hay que aguardar la designación y encontrar quién quiera viajar”, indicó el funcionario.

Por su parte, varias mamás -7 de ellas, embarazadas- coincidieron en que deberán tomar más precauciones para no enfermarse. “Pero ¿qué hacemos con los niños si les pasa algo en ese tiempo?”, se preguntaron.

El temor es que les pueda ocurrir algo a los chicos que asisten a la escuela primaria 8-361 Maestro Pizzurno, donde se educan 95 alumnos, 63 en condición de albergados. Esta preocupación fue compartida por la directora del establecimiento, Gladys Mealla.

En otras épocas, hace unos 8 años aproximadamente, los profesionales médicos que hacían la cobertura de atención se alojaban en una casa construida a ese efecto. Se encuentra todavía en situación de uso, al lado del destacamento policial.

El requerimiento territorial es conseguir un médico por lo menos cinco días a la semana. Por las limitaciones de fondos, reconocidas en el Área Departamental de Salud y por autoridades del Ministerio de Salud, esa demanda parece de improbable ejecución.

Si la carencia de médico persistiera, luego de los menores, las mujeres embarazadas no ocultaron su preocupación por los controles periódicos a los que deben someterse.

Marucci explicó que el sistema -con o sin médico en San José- dispone de una guardia permanente basada en Costa de Araujo, con ambulancia, un médico y enfermero. “Desde 2012 aplicamos un sistema que llamamos ‘misión sanitaria fija’, que implica que un médico va a trabajar a los lugares del desierto por 10 horas y regresa. Hasta ahora funcionó, sin desconocer la momentánea interrupción que tenemos con San José”, agregó el funcionario.

En el paraje, los lugareños contaron que hubo casos de un herido o un enfermo en los que se esperó entre 4 y 5 horas para que llegara la ambulancia, emplazada en Costa de Araujo, a 70 kilómetros.

Con respecto a la enfermera estable de San José, Soledad Molina, es el único auxilio disponible. Su labor es reconocida por todos.

“Somos víctimas de una débil atención sanitaria en la zona, lo que incluye también la falta de insumos médicos. El gobierno debería disponer de una cobertura médica, de lunes a viernes, para sostener a una población dispersa en varios kilómetros a la redonda”, resumió Darío Jofré.

Sin colectivo

Como otras comunidades del secano, San José no dispone de transporte. “Aquí hay pocos que poseen movilidad propia y si hay que trasladarse a centros urbanos, disponemos de una camioneta que hace los fletes, cuyo conductor nos cobra 40 pesos para ir hasta Costa de Araujo”, describió una ama de casa.

Las empresas de Lavalle no quieren ingresar a estos parajes por el mal estado de las vías de comunicación, aunque en este momento el Camino de los Huarpes, entre la ruta nacional 40 y el pueblito, se encuentra con un moderado mantenimiento, con motivo de la próxima fiesta de Lagunas del Rosario. De todos modos, le piden al intendente Roberto Righi, que los ayude a gestionar el mantenimiento de las rutas internas, agradeciendo que uno de los grandes problemas de antaño, el abastecimiento del agua, está solucionado por medio de una red por cañerías.

A las planteadas se añade una incertidumbre más: como en otras zonas rurales, los chicos de la Pizzurno, que el lunes vuelven por unos días a sus hogares, podrían verse privados del transporte escolar para retornar a sus casas porque la firma contratada no ha cobrado la prestación. “Hasta ahora no me ha llegado el cheque para cancelar la contratación”, admitió la directora Mealla.

Un policía permanente (hay edificio de seguridad) y la rehabilitación del Registro Civil (con sede en el área), son los puntos que completan el petitorio de este pueblo de pastores.

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