El líder socialista español, Pedro Sánchez, pedirá hoy a un Parlamento hostil que le permita formar gobierno, en una apuesta casi imposible sin ayuda de la izquierda, especialmente de Podemos, que por ahora se la niega.
El debate de investidura será el primer paso para tratar de superar el bloqueo político en España, generado por los comicios de 20 de diciembre que dejaron un Parlamento con cuatro grandes formaciones, pero ninguna con fuerza suficiente para gobernar en solitario.
El rey propuso a Sánchez intentar formar gobierno, después de que el jefe del Ejecutivo saliente, el conservador Mariano Rajoy, declinara el ofrecimiento por falta de apoyos, pese a haber sido la fuerza más votada en las elecciones (123 diputados).
El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) “tenía una disyuntiva: o hacíamos lo mismo que el Partido Popular (PP, derecha) y en consecuencia sometíamos al desgobierno y a un bloqueo institucional inmerecido a nuestro país o dábamos un paso al frente”, dijo Sánchez, que ayer cumplió 44 años.
“Lo más importante, pase lo que pase esta semana, es que por fin habremos puesto en marcha el reloj de la democracia”, añadió, consciente de que puede convertirse en el primer candidato designado por el rey que no logra la investidura desde la aprobación de la Constitución en 1978.
Si Sánchez no logra la mayoría absoluta en la votación de mañana, se iría a una segunda votación 48 horas más tarde en la que sólo sería necesaria la mayoría simple.
En caso de nuevo fracaso, se abre un plazo de dos meses al término del cual si nadie ha logrado ser investido, se convocaría automáticamente a nuevas elecciones.
Por ahora, las cuentas están lejos de salir para el debate que comienza el martes con el discurso del candidato socialista. Sánchez sólo cuenta con 131 diputados de 350, procedentes de sus propias filas socialistas, uno del pequeño partido regionalista Coalición Canaria y 40 del partido liberal Ciudadanos, con el que llegó a un acuerdo la pasada semana.
Este pacto hizo saltar sus negociaciones con las fuerzas de la izquierda, principalmente Podemos (65 diputados), que lo consideró demasiado liberal en sus medidas económicas y sociales.
Todas ellas ya han anunciado un voto negativo, al igual que por la derecha a hecho el PP, enrocado en el argumento de que como fuerza más votada debe ser la que gobierne.