El último proyecto del prestigioso arquitecto Norman Foster se trata de un hábitat permanente para acoger a los primeros astronautas que visiten Marte.
El hábitat tiene una superficie de 93 metros cuadrados y en él pueden vivir y trabajar con comodidad cuatro astronautas. La idea de Foster + Partners es construir un espacio a partir de los materiales del propio planeta rojo, y para ello ha concebido un plan en varias fases cuya construcción corre a cargo de robots semiautónomos enviados a Marte mucho antes de que los primeros astronautas pisen el planeta.
En la primera fase, un grupo de robots excavarían un cráter de paredes suaves y 1,5 metros de altura que formará los cimientos de la estructura. El cráter acogerá varios módulos poligonales que irán llegando al planeta en sucesivos lanzamientos y que pueden ser movidos hasta su emplazamiento definitivo por los propios robots excavadores.
La segunda fase contempla el lanzamiento de unos robots equipados con “sopletes” de microondas. La idea es cubrir los módulos con una capa que los proteja de la radiación y las bajas temperaturas marcianas. Para ello se utilizaría el propio regolito (el polvo mineral que compone el suelo) como material, utilizando técnicas aditivas para crear la cúpula. Sería, básicamente, como imprimir en 3D con los minerales marcianos.
El resultado sería un sólido conjunto de cúpulas de mineral bajo el que estaría el propio hábitat. Nuevos cráteres junto al principal permitirán ampliar la base en caso necesario. Todo el proceso de construcción costaría en torno a los 2,25 millones de dólares.