Quien asuma el próximo 10 de diciembre contará para sus primer año y medio de gestión con u$s 7000 millones del Fondo Monetario Internacional, sólo un 12% del total del préstamo stand-by pactado a tres años con el organismo.
Es que cuando se modificó el esquema original que se había acordado con el FMI en junio, y se adelantaron los desembolsos (además de ampliar el préstamo inicial), se decidió que un 88% del crédito se recibiera en la primera mitad del acuerdo, es decir, entre junio de 2018 y septiembre de 2019.
Cuando se evalúa el cronograma de desembolsos desde el FMI a la Argentina, el grueso se concreta antes de que asuma el próximo presidente. De hecho, es precisamente desde diciembre de este año que el monto a recibir desde el organismo se reduce a un poco menos de u$s 1000 millones por trimestre, siempre y cuando se cumplan con las metas previstas, principalmente, la de reducción de déficit fiscal.
Antes de la modificación del préstamo stand-by pactado con el FMI, el acuerdo preveía que los desembolsos, tras el primero por u$s 15.000 millones de junio de 2018, el resto serían repartidos de manera equitativa en el resto de los trimestres por unos u$s 2900 millones en cada caso.
Pero la modificación, además de ampliar el programa, lo que hizo principalmente fue adelantar estos envíos de dinero. Cuando se consulta acerca de estos cambios, en el Gobierno sostienen que fue hecho de acuerdo a las necesidades de fondos para afrontar los vencimientos de deuda. Pero claro, si bien en 2019 el dinero del FMI cubre un 54% de las necesidades financieras, luego el año próximo se reduce a sólo un 14,7%.
El punto de evaluar cuánto dinero recibirá el próximo presidente no es menor: quien asuma el 10 de diciembre, de ser de otro partido político, heredará del acuerdo con el FMI poco dinero y, en cambio, metas complicadas de cumplir, como la de un superávit primario equivalente a 1% del PBI, además de necesidades financieras menos cubiertas. El director del Departamento Occidental del FMI, Alejandro Werner, dijo la semana pasada en una entrevista con la agencia Bloomberg que no creía que la Argentina pudiera perder apoyo del FMI si Mauricio Macri perdiera las elecciones de octubre, ya que el Fondo tiene el apoyo de diferentes referentes del espectro político.
Hasta ahora, los referentes de la oposición que se encontraron con Roberto Cardarelli, el líder de la misión del FMI para la Argentina, marcaron que podrían pedir renegociar con el organismo, una vez que asuman. En febrero el italiano se reunió con Juan Manuel Urtubey, Axel Kicillof y Roberto Lavagna.
El próximo desembolso del FMI llegará a la Argentina en la segunda quincena de marzo. Aún no hay fecha prevista para la reunión del Directorio Ejecutivo del organismo, pero sería en torno al 16. Dos días hábiles después los u$s 11.000 millones previstos ingresarán al país a la cuenta que el Tesoro tienen en el Banco Central, por lo que se engrosarían las reservas internacionales.
Con este monto, y si se aprueban cada una de las revisiones de este año, la Argentina accedería a unos u$s 22.800 millones en todo 2019 que, sumadas a los u$s 28.400 millones de 2018, implicarán que se recibirán más de u$s 50.000 millones, el 90% del total del stand-by pactado a tres años.
Lo que puede modificar el panorama y dejar un poco más de fondos a un nuevo presidente serían las emisiones de títulos que está haciendo el Tesoro: por ahora las renovaciones de Letes y Lecap están siendo mayores a lo previsto, lo que deja un colchón un poco más abultado que el original. No obstante, desde el segundo trimestre el Gobierno podrá ir pasando a pesos parte de los dólares que recibe del FMI, por lo resta saber cuántas divisas heredará un posible Gobierno de otro partido político.