El problema sigue siendo el gasto público - Por Rodolfo Cavagnaro

El autor señala que el volumen de gasto que está financiado por impuestos elevadísimos es el que termina empujando los precios.

El problema sigue siendo el gasto público - Por Rodolfo Cavagnaro
El problema sigue siendo el gasto público - Por Rodolfo Cavagnaro

Por más que le quieran dar vueltas, el problema argentino sigue siendo el volumen del gasto público, tanto a nivel nacional como provincial y municipal.

Este volumen de gasto, que además está financiado por impuestos elevadísimos y, así y todo, ostenta un déficit fiscal consolidado muy alto, es el que presiona poniendo pesos en el mercado que termina empujando precios, entre ellos el del dólar.

Esta semana y la anterior hemos visto al Banco Central intervenir fuerte en el mercado para evitar que las presiones de la demanda hagan subir el precio del dólar, pero el problema es que es el mismo BCRA el que viene aumentando la circulación monetaria a un ritmo superior al 30% anual. Esta creación de moneda es para financiar el gasto y parte del déficit.

El último informe de expectativas de mercado mostró que los bancos y consultoras han elevado sus previsiones en materia de inflación (la mayoría calcula un 19,7% para todo el año), también sobre el valor del dólar (el consenso lo ubica en $22,50 hacia fin de año) mientras disminuyen las expectativas de crecimiento, agravadas por la grave sequía que afecta la producción de granos, a un 2,5% como máximo.

Dadas estas expectativas, la autoridad monetaria decidió el martes mantener la tasa de política monetaria en 27,25% anual ya que se esperan altos índices inflacionarios en febrero por efecto de los aumentos de tarifas, que podrían extenderse hasta marzo. Además, explicó que intervenía en el mercado cambiario para frenar subas muy aceleradas que pudieran tener impacto inflacionario.

En realidad, y volvemos al principio, el exceso de gasto genera una excesiva creación de moneda, superior a la que el mercado demanda. Este exceso se vuelca a consumo o a compra de dólares. El año pasado eso no se vio porque se fijaron tasa de Lebac tan altas que superaban las expectativas de inflación. Esto llevó a dejar de lado la moneda norteamericana para volcarse al peso. Pero no hay que confundirse, no era que confiaran en el peso, solo era una cuestión de negocios.

Cuando el gobierno decidió replantear sus metas de inflación, el mercado adivinó que quería bajar las tasas y subir el valor del dólar, y algunos quieren adelantarse e ir más rápido. Lo cierto es que el BCRA tiene más de 60.000 millones de dólares de reservas y puede intervenir para frenar cualquier escapada especulativa.

Desde fines de marzo comenzarán a ingresar los dólares de exportaciones de maíz y en abril comienzan los de soja. Aunque las cantidades han disminuido un 20%, los precios han subido en la misma proporción lo que no implicará pérdidas y se esperan un volumen de oferta de divisas suficiente como para tranquilizar a los mercados.

Ya todos lo saben. Hay que bajar el gasto y reducir y eliminar impuestos pero para ello deberán sacrificar beneficios que tiene el Estado y solo así esperar que la economía pueda crecer en serio. La economía no crecerá si no baja el gasto, y no al revés como creen los políticos.

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