Hubo un antes y un después. Un click en la línea de tiempo de la historia del fútbol argentino. Y el padre de la criatura fue Valentín Suárez, un auténtico dirigente de Banfield, (presidente de AFA entre 1949 y 1953 e interventor entre 1966 y 1967) quien tuvo la brillante idea de crear un campeonato federal que tuviera a los equipos más importantes de las diferentes regiones de la Argentina frente a los cuadros que integraban la elite, esos a los que ellos solamente veían por la televisión, a través de El Gráfico o en algún amistoso perdido en el verano.
Así nació el Torneo Nacional de Fútbol, que fue organizado por la AFA y se disputó en el marco de la Primera División, entre los años 1967 y 1985, con un total de diecinueve ediciones, que se caracterizaron por un frecuente cambio en la estructura del torneo, variando de una disputa a otra, incluido el número de participantes. El próximo 8 de setiembre cumplirá nada menos que 50 años.
En Mendoza, Atlético Club San Martín fue el elenco que puso la piedra fundamental. El León, campeón de la Liga Mendocina de Fútbol en 1966, clasificó al Torneo Regional del año siguiente y se ganó el derecho de participar en el Nacional tras adjudicarse el grupo “B” de dicho certamen, que nucleó a 16 equipos, 12 del torneo Metropolitano y 4 del Regional.
Y el Chacarero comenzó a escribir las páginas doradas de su historia: se convirtió en el mejor equipo del interior tras superar en las posiciones a Central Córdoba de Santiago del Estero, San Lorenzo de Mar del Plata y Chaco For Ever.
En el camino del León hubo un suceso que quedó marcado a fuego en los libros del fútbol argentino. El 18 de octubre de ese 1967, en el marco de la sexta fecha del Torneo Nacional, San Martín visitó a Central (de campaña en aquel campeonato) en el Gigante de Arroyito.
El Chacarero terminó ganando 2 a 1, pero en los minutos finales, el equipo de Arroyito iba en busca del empate hasta que, en un contragolpe, el delantero Benito Emilio Valencia (que ya había convertido los dos goles albirrojos), se fue solo con pelota dominada y le pegó hábilmente para ubicarla por encima de la cabeza al arquero centralista, Edgardo ‘Gato’ Andrada.
Cuando el balón estaba por traspasar la línea de gol, el Turco Espip (falleció en mayo de 2015) ingresó imprevistamente al campo de juego -por un agujero en el alambrado-, y evitó el tercer gol del equipo chacarero, en medio de una ovación de los hinchas centralistas. El árbitro aplicó el reglamento y otorgó un pique.
Un debut a sala llena y con viento zonda
El domingo 10 de setiembre fue la presentación en sociedad de Atlético San Martín en aquél Torneo Nacional 1967. Y si bien el poderoso Independiente de Avellaneda era su rival, hubo un protagonista que asistió a la cita sin invitación y que nadie tenía en cuenta: el viento Zonda. Además, hubo otro hecho realmente insólito.
“A las 13, alrededor de mil aficionados se encontraba en el campo de juego y su presencia hacía temer por la realización del encuentro, ya que el reglamento de AFA es preciso y claro en ese sentido”, reza la crónica del deportivo de Los Andes de la época. Finalmente, los “invasores” fueron desalojados por la Policía del campo de juego.
“Tardíamente, aunque con mucha antelación a la iniciación del encuentro principal, se hizo presente el Cuerpo de Infantería de la Policía de Mendoza y, en una tarea ordenada, correcta y sin ningún exceso, los guardias del orden desalojaron a quienes nada tenían que hacer en ella. El público también se retiró con corrección e invadieron la platea oficial”, agrega el apartado de apostillas de la cobertura del encuentro.
Es que ese día, en la cancha de Andes Talleres, hubo récord de recaudación en la provincia: 4.121.550 pesos. Fue la cifra más alta de la primera fecha del torneo Nacional. Y no sólo hubo hinchas de San Martín. En la cancha había simpatizantes de Independiente Rivadavia y Godoy Cruz, quienes con carteles apoyaban al representante mendocino. "Los Rojos soplaron a la par del Zonda", fue el título de la crónica de Los Andes. Y agrega: "San Martín fue superado por 3 a 2".
Los Albirrojos perdían 3 a 0 al término del primer tiempo. Había aroma a goleada histórica. Sin embargo, el campeón de la Liga Mendocina reaccionó y de la mano de Altolaguirre y Roberto Molina, el local achicó la diferencia y el 3 a 2 fue dignísimo. Raúl Armando Savoy, autor de dos de los tres goles de Independiente, fue elegido como la figura del encuentro.
El otro tanto del Rojo fue de Omar Diéguez. En Independiente había figuras de la talla de Santoro, Pavoni, Ferreiro, Pastoriza, Bernao, Artime y Tarabini. El debut de San Martín fue una verdadera fiesta. Y el Chacarero inscribió su nombre en lo más alto del fútbol nacional.
Jorge Adolfo Calle, ex Jefe de Deportes de Los Andes y enviado a Rosario: Jamás había visto algo igual
Fue una jugada en la que Benito Valencia recuperó una pelota en campo de San Martín y se fue solo hacia el arco defendido por Edgardo “Gato” Andrada, quien había jugado en la Selección Argentina, lo vio adelantado y se la tiró por arriba, el balón iba directamente hacia el centro del arco sin oposición, pero apareció un chico de Central se metió a la cancha, alcanzó a frenar el balón antes de que traspasara la línea de gol.
Después, este adolescente saltó el alambrado y salió del campo de juego. Realmente fue algo insólito, algo que jamás había visto en mis años de periodista y aficionado al fútbol.
Yo era el jefe de la sección Deportes del diario Los Andes y cubrí casi toda la campaña de San Martín en ese torneo Nacional. Y justamente en ese partido me tocó comentar el partido para LV10 porque el comentarista, que era Vicente Azcona, se había quedado afónico y me pidió si podía reemplazarlo.
Recuerdo que el relator era López Castañón y acepté, pero por una cuestión de ética, porque me había mandado el diario, comenté el partido bajo el seudónimo de Jorge Pedrós, que era mi segundo apellido.
Ese San Martín era un buen equipo, con grandes jugadores como Benito Valencia, que había surgido en Guaymallén y después se fue a Atlanta, el Negro Guzmán, Rubén Ambroggi, Osvaldo Sosa y Roberto Troyano y el Gringo Reggi, un arquero excepcional.