Pocos de los que transitan habitualmente por la ruta 40 -a la altura de Pareditas- sabrán que una sencilla casita hacia el oeste con un pequeño jardín, en medio de sembradíos y alamedas, atesora una particular colección de maquetas. La mayoría reproducidas a escala uno a uno y con las posturas y expresiones que ostentaban hace millones de años, unas 30 especies de dinosaurios tienen su correlato en este rincón valletano.
El mentor es don Juan Antonio Balderrama. Se quedó sin su padre a los 11 años y, desde entonces, tuvo que trabajar duro cavando zanjas para conseguirse el sustento. Pero nunca abandonó la lectura.
A los 18, llegó a sus manos un libro sobre dinosaurios y supo que esa sería la pasión de su vida. Ahora, después de haber cruzado la barrera de los 60 años y con la jubilación del Ejército, este militar retirado montó su propio Parque Temático Mesozoico en San Carlos.
Un velociraptor de unos 3,70 metros de largo, con una sonrisa repleta de dientes filosos y en actitud de estar corriendo a su presa, recibe a los visitantes. En el interior de un salón se encuentra el resto de los ejemplares de la exposición, todos con los carteles que cuentan su historia, sus nombres científicos y sus datos personales.
Además, el parque ofrece libros y revistas científicas para que los amantes de la paleontología disfruten de ellas en un living improvisado. Afuera también hay un espacio que oficia de rincón-taller. Allí los niños de las escuelas “visten” la estructura de alambre que Juan les regala y se vuelven a casa llevando un minidinosaurio como mascota, “con el valor de que fue hecho por sus manos”, señala el ‘Señor de los dinosaurios’, como lo llaman los alumnos.
Juan Antonio hubiese querido ser paleontólogo, pero no está disconforme con todo lo que aprendió de manera autodidacta a lo largo de su vida adulta. Incluso, señala que ha sido convocado en más de una oportunidad para dar charlas o exposiciones en ámbitos universitarios.
Un viaje en el tiempo
“Recién estamos empezando, hay que seguir creando”, aduce Juan y explica que el lugar cuenta con 27 especies, pero que “hasta el momento” son 780 las que se han descubierto. Su proyecto de parque jurásico recién estará completo cuando pueda levantar, cerca de una laguna y detrás de un bosque de álamos que tiene como fondo, una especie de dinosaurio herbívoro.
“Son los de mayor tamaño, porque se alimentaban de los árboles. La estructura llegará a los 15 metros de largo y estará iluminada para que se pueda ver desde la ruta 40”, comparte el hombre sus desafíos. Tiene todo programado en su diseño: “Tendrá una base de cemento, unos metalúrgicos montarán el esqueleto y el área de Ambiente de la Municipalidad de San Carlos me dará tambores metálicos que desecha una industria juguera de la zona, para hacer con ellos la piel y las escamas”.
Aunque en su exposición aún faltan piezas claves, reconoce que ha invertido más de 14 años en darle vida a estas criaturas. “Primero realizo la estructura en hierro y alambres, luego lo cubro con una malla metálica (puede ser de gallinero o pajarera, depende del tamaño del animal) y por último con lienzo, al cual humedezco y doy forma con distintos materiales”, comparte sus técnicas este fan de los dinosaurios.
También revela otras particularidades: como que el tronco de la hoja de palmera puede representar una buena lengua de dinosaurio o que para realizar las garras tiene que hacer un cuidado trabajo en la técnica de papel maché. Todas estas tareas manuales son la clave de su obra, pues no son muchas las exposiciones que muestran dinosaurios “in vivo”, como se anuncia en el lugar.
Pero Juan no sólo sabe armar las estructuras, sino que es un gran estudioso de cómo vivieron, se reproducieron y las características que tenían estos ejemplares. “El Deinonychus es un Therópodo, que vivió en el periodo cretácico, hace entre 119 y 97 millones de años”, cuenta.
“Este es un cachorro de Tiranosaurio. Al principio se creía que era carnívoro, pero el tamaño de este hueso del pie mostró que en realidad era carroñero”, explica el hombre a los visitantes.
La estrella de la muestra es el Giganotosaurus Carolinii, de quien sólo se expone su gran cabeza. “Es tan especial, porque es local. Fue descubierto por Rubén Carolini en el cerro El Chocón. Tiene este color rosáceo porque es de un terreno cretáceo”, cuenta este guía de honor, que empezó dibujando y diseñando dinosaurios de joven, mientras trabajaba la viña en campos de La Consulta y El Cepillo.
Hasta que logró su propia sede
Esta muestra jurásica de don Balderrama recorrió la provincia por 12 años como una exposición itinerante. Se presentó en Eureka, en el club Mendoza de Regatas, en el Mendoza Plaza Shopping y en distintas instituciones educativas.
Años atrás, Juan compró este terreno en San Carlos con otras intenciones, pero enseguida comenzó a soñar con convertirlo en la sede de su Parque Temático Mesozoico. El mismo abrió sus puertas el año pasado, pero recién ahora está más establecido. Incluso, ya fue incluido en los circuitos turísticos de Pareditas y Laguna del Diamante.
El 20 de octubre pasado cumplió su primer año de vida y lo celebró con la banda del Regimiento de Campo Los Andes y con la visita de varias escuelas.
En lo que lleva abierto al público, el lugar ha recibido a unos 500 alumnos de escuelas del departamento y “faltan miles que vengan a visitar el lugar. Queremos que pasen por aquí todos los del Valle de Uco”, señaló. El 'Señor de los dinosaurios' sostiene que los chicos disfrutan mucho del paseo y lo llenan de preguntas. “Vienen con mucho interés, producto de las películas y los libros. Pero traen la información desordenada y aquí trato de aclararles”, comentó.