El presidente, Mauricio Macri, finaliza su primer mes al frente del país con la instrumentación de cambios radicales en materia económica y con un nuevo diseño de las estructuras de gobierno, en un inicio de gestión marcado por la toma de decisiones a través de decretos de necesidad y urgencia y un perfil de administración que se posiciona como la contracara de los 12 años del kirchnerismo.
El líder del Pro dio un giro de 180 grados en ejes considerados clave por el gobierno anterior, como la Ley de Medios, el control cambiario, el proteccionismo a la producción industrial y el esquema de retenciones al sector agropecuario.
Además, diseñó un gabinete dominado por la presencia de ex directivos de bancos privados y de empresas multinacionales en áreas estratégicas, como el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay (ex asesor del JP Morgan); el de Energía y Minería, Juan José Aranguren (ex presidente de Shell Argentina), y el de Transporte, Guillermo Dietrich (miembro de la familia dueña de la mayor concesionaria de autos del país), entre muchos otros.
Bajo este esquema ministerial, la primera semana de gestión de Macri estuvo dominada por los anuncios en materia económica, anticipados durante la campaña electoral.
Macri eliminó todos los derechos de exportación (retenciones) cobrados a los productos agropecuarios y a las economías regionales (excepto a la soja, aunque sí los disminuyó) y a la industria, levantó el cepo cambiario y liberó el precio del dólar, desregulación que significó una devaluación del peso del orden del 40 por ciento, que tuvo impacto en los precios.
Además, en un guiño al sector financiero, el gobierno eliminó el encaje para el ingreso de capitales golondrina e incrementó las tasas de interés, y por otro lado declaró la "emergencia energética" y una quita en los subsidios a los servicios públicos.
Estas medidas hacia los diferentes sectores de la economía contrastaron con el aún pendiente encuentro entre el Gobierno y las centrales obreras, reclamado por dirigentes como el líder de la CGT Azopardo, Hugo Moyano.
Con cuatro decretos de necesidad y urgencia, Macri trazó las diferencias más claras con sus antecesores en la Casa Rosada: modificó la Ley de Ministerios, creó nuevas carteras y redistribuyó competencias; transfirió las escuchas judiciales a la Corte Suprema; postergó la aplicación del Código Procesal Penal; y modificó la Ley de Medios y creó el Enacom.
El decreto 267 con el que disolvió la Afsca y la Aftic -dos organismos descentralizados y autárquicos, que estaban en manos de los kirchneristas Martín Sabbatella y Norberto Berner- también introdujo modificaciones a la Ley de Medios, particularmente en cuanto a la prórroga temporal y la ampliación de la cantidad de licencias que puede tener cada medio y su libre transferencia.
El jefe de Gabinete, Marcos Peña, lo calificó como "el fin de la guerra contra el periodismo".
La designación por decreto de dos jueces en comisión en la Corte Suprema de la Nación (Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz) fue una de las medidas que despertó las más fuertes críticas de juristas y miembros de la oposición, que reprocharon que esos nombramientos se hicieran sin el aval del Congreso.
Sin embargo, la controversia pareció apaciguarse luego de que el Presidente recibiese al titular del máximo tribunal, Ricardo Lorenzetti, y que se informara que Rosatti y Rosenkrantz asumirán el cargo en febrero próximo, después de que pasen por el proceso de impugnaciones y audiencias públicas (establecido en el decreto 222/03).
Chau ñoquis
En su mes de gestión, Macri se propuso rever miles de contratos de trabajadores en todas las áreas del Estado celebrados en los últimos años, misión encomendada al ministro de Modernización, Andrés Ibarra, y que tuvo su correlato en los 2.035 contratos dejados sin efecto en el Senado y que habían sido aprobados por el ex vicepresidente Amado Boudou en 2015.
La vicepresidenta Gabriela Michetti justificó la decisión (que dijo fue acompañada por el resto de las fuerzas políticas) con el argumento de que "el Estado no es una bolsa de trabajo".
Los despidos recibieron un fuerte rechazo de parte de los principales sindicatos de empleados públicos (UPCN y ATE, y APL en el Congreso), quienes consideraron "grave" la situación y prometieron acudir a la Justicia.
En otro orden, Macri intentó avanzar en un acercamiento político con la oposición, que le reditúe en términos de gobernabilidad, particularmente en la sanción de leyes en un Congreso sin mayorías propias.
Así fue como, al día siguiente de asumir el cargo, el Presidente recibió en la Casa Rosada a sus ex contendientes en la carrera presidencial (Daniel Scioli, Sergio Massa, Margarita Stolbizer y Adolfo Rodríguez Saá) y pocas horas después, pero en la Quinta de Olivos, a los gobernadores de las 24 provincias argentinas, a quienes prometió obras de infraestructura y abrir la discusión por la coparticipación federal de impuestos.