Las fisuras en el hasta hace poco monolítico partido de gobierno ecuatoriano se agravaron hasta transformarse en una ruptura al máximo nivel, cuando el presidente Lenín Moreno retiró todas sus funciones al vicepresidente Jorge Glas.
La decisión se dio a conocer mediante un decreto ejecutivo emitido ayer, luego de que se hicieran públicas presuntas pruebas de corrupción con Odebrecht y de una desafiante carta enviada la víspera por el segundo mandatario.
En el decreto, el presidente argumentó que “la lealtad como el compromiso asumido por el proyecto político... implican servir a la patria en unidad de esfuerzos, lo cual no ha sido debidamente por el vicepresidente de la República” al tiempo de señalar que “una relación diáfana entre los gobernantes y sus mandantes... implica la transferencia de una información veraz sobre los grandes temas de interés nacional”.
De acuerdo con la constitución ecuatoriana, el primer mandatario debe asignar las funciones al vicepresidente, y en este caso le había dispuesto encargarse del Consejo Sectorial de la Producción y del comité de reconstrucción de las zonas afectadas por el terremoto de abril de 2016, entre otras.
Para el analista y catedrático de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales Jorge León el quiebre se debe a la naturaleza personalista del partido fundado por el exmandatario Rafael Correa. “No funcionó como un partido sino como una entidad de apoyo a Rafael Corea”, dijo León. Con el fin de su mandato perdió “la presencia del caudillo y el elemento que articula las partes... entonces el partido tiende a separarse”, agregó.
La tensión inicial se produjo en campaña para las elecciones presidenciales de abril luego de que la oposición acusó a Glas de liderar una red que recibió sobornos millonarios de la constructora brasileña Odebrecht, aunque sin presentar pruebas ni una denuncia formal.
Todo se agudizó esta semana cuando el periódico brasileño O Globo hizo público un audio de una presunta conversación entre el entonces contralor general Carlos Pólit y el exejecutivo de la empresa José Conceição dos Santos Filho. En él se escucha al brasileño, uno de los arrepentidos que colabora con la justicia de su país, afirmar que “Jorge Glas está ahí haciendo caja, pidiendo plata, mucho dinero... me había pedido plata para todos los contratos”.