El presidente de Zimbabue, Emmerson Mnangagwa, salió ileso ayer de una explosión durante un acto electoral en el que participaba en Bulawayo (sur) y que provocó varios heridos, entre ellos al menos uno de los dos vicepresidentes del país. Mnangagwa, evacuado sano y salvo tras la explosión, dio a entender poco después que el blanco del ataque era él.
“Estoy acostumbrado a estos intentos”, declaró el jefe de Estado a la prensa. Un objeto “explotó a unos centímetros de mí”, explicó.
Emmerson Mnangagwa, candidato a la presidencia por el Zanu-PF, el partido en el poder, en las elecciones del 30 de julio, condenó inmediatamente la violencia y llamó a sus compatriotas a la calma.
“Esta campaña se desarrolla en un ambiente libre y pacífico, no permitiremos que este acto cobarde perturbe nuestro camino hacia las elecciones”, escribió en Twitter.
Según Mnangagwa, sus dos vicepresidentes, Constantino Chiwenga y Kembo Mohadi, presentes en este acto de campaña, fueron alcanzados por la deflagración.
La televisión nacional, ZBC, precisó que dos responsables del Zanu-PF y tres trabajadores de la cadena se encontraban entre las víctimas, pero no proporcionó detalles sobre la gravedad de sus heridas. Según testigos, la explosión tuvo lugar cuando el jefe de Estado acababa de terminar su discurso ante sus partidarios.
En un video compartido en redes sociales se ve una fuerte deflagración seguida de una espesa humareda cerca de la escalera por la que avanzaban funcionarios al término del encuentro.
Los comicios presidenciales y legislativos del 30 de julio son los primeros desde la dimisión en noviembre del presidente Robert Mugabe, quien dirigió Zimbabue con mano de hierro desde la independencia del país, en 1980. Mugabe fue sustituido por Mnangagwa, su exvicepresidente, al que acababa de despedir por petición de su esposa Grace.