Mauricio Macri recibió ayer a más de 70 dirigentes empresariales para despejar los temores que surgieron en torno al acuerdo de libre comercio entre el bloque Mercosur y la Unión Europea (UE). Fue el primer paso de una serie de gestiones oficiales que se llevarán adelante a través de mesas sectoriales para dar a conocer la letra chica del pacto.
Durante el encuentro que encabezó el Presidente junto al canciller Jorge Faurie y el ministro de Producción y de Trabajo, Dante Sica, se presentó un primer informe con "todos los elementos sustanciales" que se definieron en Bruselas, en el marco de las negociaciones entre los representantes diplomáticos y los equipos técnicos de ambos bloques económicos.
Pero más allá de las exposiciones de los funcionarios, el cónclave sirvió para que los referentes, fundamentalmente los de las cámaras más representativas, le expresen al Presidente sus inquietudes respecto a los cambios que se deben aplicar desde el sector público para equilibrar las condiciones de competitividad.
Y los principales puntos de ese planteo los dejó en evidencia el presidente de la Asociación de Fabricantes de Automotores (Adefa), Luis Gamboa, durante la conferencia de prensa que concedió con Sica y Faurie al término del encuentro.
El referente del sector automotor destacó que el acuerdo comercial representa una "gran oportunidad para la Argentina" pero aclaró que también supone la necesidad de "trabajar en elementos estructurales que van por la parte impositiva, laboral y adicionalmente de infraestructura".
"Por lo menos hay una expectativa más favorable", celebró ante la consulta de este medio Mario Bustos Carra, representante de la Asociación Olivícola de Mendoza y de la Cámara de Comercio de Cuyo, quien accedió a los detalles del encuentro a través de Nicolás Schwanek, vicepresidente de la Federación Olivícola Argentina, quien sí estuvo presente.
Incluso Bustos Carra confirmó que la semana próxima participará de una reunión con representantes del Gobierno nacional para analizar con más precisión los compromisos asumidos en el tratado comercial. "Hay que ver la letra chica, la apertura de la economía es buena, porque es favorable ampliar los mercados, pero hay que tener cuidado principalmente sobre aquello que la Argentina pueda hacer para fomentar su producción", remarcó.
“Así como nosotros tenemos que hacer esfuerzos, el Estado también tiene que ayudar”, insistió.
Trascendió también que durante el encuentro Macri reveló que la UE se comprometió a constituir un fondo para acompañar la reconversión de las pequeñas y medianas empresas con mayores riesgos ante la apertura de los vínculos comerciales.
Luego del cónclave, el Presidente volvió a pronunciarse respecto al tratado comercial. "Si no estamos globalizados no tenemos futuro, si no somos competitivos, dinámicos, abiertos, tampoco tenemos futuro", advirtió al disertar en el encuentro anual de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresas.
Macri aseguró que el acuerdo "es una hoja de ruta que nos tiene que vincular, entendiendo que es para superarnos, para hacer todos los días las cosas mejor" y auguró que "Va a favorecer muchísimo a las economías regionales".
Fuentes gubernamentales señalaron que participaban de la reunión, entre otros, autoridades de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), del foro empresario de IDEA,la Asociación Empresaria Argentina (AEA) y de la Unión Industrial Argentina, de la cámara alimentaria Copaly de la Cámara Argentina de Comercio (CAC).
El campo, en tanto, estaba representado por la Sociedad Rural Argentina, Coninagro, FAA y CRA.
Asimismo, tomaban parte representantes de cámaras de sectores como componentes, calzado, industrias textiles, bancos, farmacéuticos, industria láctea, vinos e industria maderera.
También intervenían empresarios vinculados con la producción avícola, la industria molinera, la yerba mate, el sector cárnico, productores de acero, hoteleros y gastronómicos, semilleros y productores de equipamiento médico, entre otros.