Una AFA con un perfil más empresarial, con la presencia de gerentes como cabecera de playa de su estructura. La continuidad de Fútbol Para Todos (FPT), pero con el ingreso de publicidad privada para reducir los gastos del Estado, que durante los últimos seis años tuvo una erogación de casi 9.000 millones de pesos en ese programa. La idea de que se produzca el regreso definitivo de los hinchas visitantes. La necesidad de que la frase los clubes deben tener sus cuentas ordenadas deje de ser un cliché. La intención de que el polémico proyecto del AFA Plus se ponga en marcha a mitad de año. El compromiso de que el Estado tenga mayor participación en la lucha para terminar con la violencia. Esos son los lineamientos generales de la política que piensa implementar el nuevo presidente de la República Argentina, Mauricio Macri, en torno al fútbol argentino.
Tal como dijo, “el fútbol argentino ha expresado en estos últimos años el mismo desorden que ha mostrado la Argentina, donde es un viva la pepa”, y resaltó que necesita “una urgente transformación”. Por eso pretende tener injerencia en lo que ocurre alrededor de la pelota. El Estado es socio de la AFA desde que en 2009 se implementó el FPT, y Macri empezó a mostrarse como un presidente al que los temas organizativos del fútbol no le resultarán ajenos.
El viernes pasado, el ex jefe de Gobierno porteño y ex titular de Boca estuvo con Marcelo Tinelli, quien pretende desbancar a Luis Segura de la presidencia de AFA en las elecciones que se realizarán el 3 de diciembre. Macri tiene pensado reunirse también con Segura en estos días, pero dejó entrever que mira con mejores ojos la candidatura de Tinelli que la del actual mandamás y discípulo del fallecido Julio Grondona. “El fútbol necesita un avance hacia una organización más transparente, más profesional, y sin tanta discrecionalidad como ha tenido en la época de Grondona”, contó Macri. El flamante presidente tiene una muy buena relación con Tinelli, a quien le encargó que le trajera ropa desde Londres en un reciente viaje.
Según se supo, Macri también le dijo a Tinelli que le gustaría ver a todos los clubes argentinos “con las cuentas ordenadas”, una materia pendiente que -junto a la violencia en las canchas- ya forma parte de los males endémicos del fútbol local. “Si ganás las elecciones en AFA, te vas a tener que juntar con María Eugenia (Vidal)”, le dijo Macri a Tinelli, en alusión a la flamante gobernadora bonaerense y a que ese es el territorio del país con mayor cantidad de clubes en la órbita de la AFA.
Fútbol Para Todos. En la gestión de Macri, seguirá vigente, pero dejará de utilizarse como la principal propaganda política del Estado, como ocurrió durante la presidencia de Cristina Fernández. El gobierno saliente utilizó casi 500 horas para difundir publicidad oficial desde 2009. Macri buscará el aporte de capitales privados para el FPT. “El Fútbol Para Todos seguirá, pero a un costo razonable y sin política en el medio. Vamos a comercializar los espacios y el Estado va a seguir acompañando dentro de un esquema en el cual el fútbol vaya hacia una modernización y transparencia que hasta ahora no ha tenido”, sostuvo Macri. Fernando De Andreis, representante de socios en River, suena para dirigir el programa FPT.
Macri le sugerirá la implementación de la figura de dos gerentes generales en la AFA: uno encargado de la parte deportiva, las competencias y la seguridad; y el otro al frente de cuestiones vinculadas a la economía, contratos y marketing. A Macri también le gustaría que Héctor Baldassi, uno de sus delfines políticos, sea el reemplazante del cuestionado Miguel Scime al frente de la Dirección de Formación Arbitral.
El torneo de 30 tuvo aceptación
Antes del fallecimiento de Grondona, la AFA tomó una medida inédita y no empleada en el resto del planeta. Se desterraron los torneos cortos para empezar a utilizar nuevamente los largos, aunque con algunos detalles inusuales: se agregaron 10 rivales provenientes de la B Nacional, ascendiendo la cantidad de participantes a 30.
Además, los choques fueron a partido único, salvo un interzonal a ida y vuelta con el clásico rival (en caso de no tener, se le 'inventaba' un contrincante). Una vez finalizada la primera edición de este certamen, el cual se irá achicando con el correr de los años, y con sólo las Liguillas disputándose, Infobae hizo una encuesta para ver qué les pareció esta nueva forma de jugar. La opción más elegida fue el calificativo “Bueno”, con el 35.2 % de los votos. Cerca finalizaron dos variantes que reprueban por completo el torneo de 30: el 27.73 se inclinó por “Pésimo”, mientras que 23.96 clickeó en “Malo”. Sólo el 13.1 apostó por el “Excelente”.