Lejos del debate político acalorado que se puede esperar cuando no hay acuerdos en temas centrales, la sesión de ayer, que consagró como ley los proyectos de Avalúo e Impositiva del oficialismo, estuvo teñida por la interna peronista y la “presión” de los intendentes justicialistas a sus legisladores.
Ambas leyes salieron con el voto positivo de todo el frente Cambia Mendoza y de 10 justicialistas. Los negativos fueron cinco: los de los dos senadores del FIT y los de tres peronistas que marcaron el quiebre dentro del bloque del Frente para la Victoria (FpV).
Los tres “rebeldes” del peronismo fueron Luis Bhöm, que expuso como justificación que aún no cobró el último sueldo como funcionario de la anterior gestión; el guaymallino Gustavo Arenas, ligado a Alejandro Abraham, y Juan Agulles, ex intendente de Malargüe. La lista se completa con tres ausentes del PJ: Patricia Fadel, María José Ubaldini y Ángel Brancato.
En realidad, la sesión de ayer se hizo eco y a su vez replicó lo que pasó el lunes en las dos sesiones especiales de la Cámara de Diputados, en las que dieron su primer paso Avalúo e Impositiva. En aquel momento, el Frente para la Victoria pidió votar nominalmente, es decir diputado por diputado, y no por bloque, como es usual.
“Quisimos dar libertad de acción porque somos plurales y democráticos”, justificó la presidente del bloque, Silvia Ramos, luego de que el FpV se partiera a la mitad entre negativos y afirmativos. Los que dijeron que sí fueron aquellos que responden a los seis intendentes peronistas (Lavalle, San Martín, Maipú, Santa Rosa, Tunuyán y San Rafael). Ese día, hubo un cónclave entre esos caciques y el gobernador, Alfredo Cornejo, que aseguró el acuerdo.
En cambio, en el Senado, la diferencia fue menor: sólo tres senadores se separaron de la decisión del resto del partido y votaron en contra, aunque en lo discursivo quedaron más expuestos.
Como si se tratara de un “reality” justicialista, ayer los senadores dejaron entrever en público sus diferencias. Entre ellos, los que no disimularon las molestias fueron los legisladores disidentes.
El encargado de “sacar los trapitos al sol” del FpV fue Arenas, quien dijo que así como el radicalismo en otros tiempos tuvo sus posturas divididas, “nos está pasando lo mismo al justicialismo”. Y en este punto, hizo referencia a la “presión de los intendentes”, algo que también mencionó Bhöm.
“Hay intendentes que ratificaron su condición, pero no quiere decir que el peronismo a nivel provincial tenga conducción. Yo no fui parte de los acuerdos y diálogos que existieron (con el Gobierno), que no se dieron con el conjunto del partido, sino con los sectores”, explicó Arenas.
Bhöm también se refirió al tema y dijo que había “presión a la hora de votar los paquetes de leyes”. En este punto hizo referencia al conflicto en Las Heras por los empleados a los que se les terminaron los contratos el último día de diciembre. “Me voy a oponer para dejar testimonio de las situaciones que suceden en Las Heras, Tupungato y el IPV”, justificó.
Sobre esto, Héctor Quevedo, radical de Las Heras, respondió: “Al senador yo lo vi en el piquete pero no mediando, sino con la caja de fósforo en la mano”.
Otra justificación que se escuchó y llamó la atención es que Bhöm aún no cobra su sueldo de noviembre como asesor de la gestión Pérez. Sobre esto, el radical Armando Camerucci le contestó que considera “poco oportuno mezclar el sueldo de ex funcionarios con el tratamiento de leyes”. Luego, Arenas justificó que más allá del desprestigio de la clase política, el sueldo garantiza la independencia en los votos.
Arranca el presupuesto
Las sanciones de Avalúo e Impositiva, con la polémica de fondo ya mencionada, son el telón de fondo con el que hoy se pretende comenzar a tratar la última ley del paquete financiero: el Presupuesto 2016. Ayer, Diputados estudió el detalle del texto y a partir de allí surgió la necesidad de que asista el ministro de Economía, Infraestructura y Energía, Enrique Vaquié.
Si todo sale bien y los acuerdos alcanzan para lograr los dos tercios necesarios, hoy mismo se trata sobre tablas, con la intención de que Diputados apruebe la pauta. Pero nadie niega que la grieta del peronismo pueda exponerse otra vez en esta discusión.