"El Pity Martínez, qué loco que está...". La canción en homenaje a Gonzalo Martínez es un símbolo del cariño que le tienen los hinchas de River Plate al talentoso mediocampista, forjado a partir de las grandes actuaciones que tuvo en los duelos ante Boca Juniors.
Con tres goles y dos asistencias, el mendocino participó en cinco de los últimos siete tantos oficiales que River le anotó a Boca. Esto marca la importancia que tiene Martínez para el conjunto "millonario", sobre todo de cara a los históricos superclásicos que definirán la edición 2018 de la Copa Libertadores.
La espectacular volea con la que abrió el último clásico, 2-0 en la Bombonera en setiembre, motivó el surgimiento del hit sobre "la locura" del "Pity", que se viralizó a través de las redes sociales y que se convirtió en un verdadero fenómeno entre los hinchas argentinos.
“Siento que estoy hecho para estos partidos”, remarcó Martínez después de aquel gol. “No es que en los otros no juegue de la misma manera, porque en River no podés relajarte en ningún momento. Trato de dejar todo siempre pero en estos encuentros trascendentales se me están dando las cosas”, expresó el jugador nacido en Guaymallén hace 25 años.
Sin embargo, el presente del volante, autor además del penal ante Gremio que le dio a River el pasaje a la final de la actual Libertadores, es diferente al que vivió en sus primeros tiempos en el club.
El paso de Martínez por River tuvo diferentes etapas, con altibajos que lo llevaron de ser de los jugadores más criticados a convertirse en uno de los preferidos de los hinchas.
Llegado desde Huracán en enero de 2015 a cambio de 4,5 millones de dólares por el 75 por ciento de su ficha, el mendocino no arrancó con buen pie en el club y recibió fuertes cuestionamientos.
Su individualismo y sus excesos con la gambeta, sin elegir la mejor opción para el equipo, eran las mayores críticas que se le hacían, aunque el entrenador Marcelo Gallardo siempre confió en su talento.
“Al Pity le pueden salir una o dos mal, pero la sigue pidiendo. No se esconde nunca y eso es personalidad. Debe tratar de serenarse y darle mejor terminación a todo lo que es capaz de hacer”, decía el técnico cuando todavía llovían las críticas para el mediocampista.
Eran épocas en las que Martínez había mandado a silenciar a todo el estadio Monumental, enojado por los silbidos que recibía cuando anotó un gol en un partido ante Quilmes. “Le pido disculpas al hincha de River. Fue un momento de calentura”, dijo el día después del gesto.
También le tocó vivir un momento complicado cuando le incendiaron su auto, que estaba estacionado frente a su apartamento. Si bien el rumor que circulaba era que se trataba de un conflicto con la “barrabrava” del club, el propio futbolista desmintió esa versión.
No obstante, con goles importantes y actuaciones de alto nivel, Martínez fue cambiando la opinión de los aficionados. En 2015, generó el penal con el que River venció 1-0 a Boca en el encuentro de ida de los octavos de final de la Libertadores, antes de la bochornosa revancha suspendida por el gas pimienta que un grupo de hinchas boquenses le arrojó a los jugadores visitantes.
Ya el año pasado, Martínez lideró otro triunfo de River en la Bombonera, con un gol y una asistencia para Lucas Alario en el recordado 3-1 a favor del "Millonario". Además, este semestre volvió a marcar un tanto, ahora desde los doce pasos, y cedió el pase a Ignacio Scocco para la victoria 2-0 sobre el clásico rival en la Supercopa Argentina, casualmente jugado en su provincia natal.
Con esos antecedentes y su actualidad, el “Pity” aparece como una pieza clave para el conjunto de Gallardo en los duelos ante Boca. Podría ser una despedida perfecta de River, ya que su futuro estaría ligado al Atlanta United, de la Liga estadounidense, a partir de diciembre a cambio de los 15 millones de dólares en los que está tasada su cláusula de rescisión.