En los papeles, el local, Jorge Newbery, aparecía como el mejor de los dos y con el transcurrir de los minutos se lo hizo saber a Ballofet, pero se quedó en insinuaciones en ese primer cuarto de hora porque le faltó el último toque para desnivelar en el marcador.
Ballofet, de a poco, se acomodó en el campo, aunque no terminó de hacer pie del todo y convirtió al arquero José Luis Sosa, en su gran figura ya que tuvo dos o tres atajadas importantes para dejar el arco y el partido en cero. Hasta ese momento era buen punto para el Cruzado, pero le seguía faltando algo más para animarse a buscar los tres puntos y empezar salir del fondo de la tabla. El local debía afinar la puntería para vulnerar la valla cruzada y así rubricar lo que mostró en el desarrollo del trámite.
El complemento no fue bueno en su inicio. Se prestaban el balón, nadie podía mostrarse más seguro en los pases, y a los 17’, con una jugada de otro partido, Orozco sacó un remate fortísimo para establecer la primera diferencia. Fue por más el Pitojuan y tuvo varias antes de convertir el segundo.
Y éste llegó sobre los 30’, cuando Navas amplió el marcador, dejando al visitante con las manos vacías, aunque las variantes que introdujo Castillo le vinieron bien, porque apareció lo mejor de Ballofet y contó con un par de situaciones para descontar, aunque no pudo con la humanidad de Presedo.