El Observatorio Pierre Auger fue inaugurado en 2008 y fue el primero en el mundo diseñado para estudiar rayos cósmicos de altas energías. Tiene su base en el ingreso norte de la ciudad de Malargüe y mediante 1.600 tanques se reciben datos provenientes del espacio.
Con el pasar de los años los científicos decidieron dar un importante avance a través de nuevos equipos, para conocer con más detalles los rayos cósmicos.
El eje central de los estudios es observar las partículas que caen desde el cielo y para ello Pierre Auger tiene montada la base de operaciones sobre ruta Nacional Número 40 norte, frente al histórico molino Rufino Ortega. Además hay cuatro edificios con seis imponentes telescopios, mediante los cuales se estudia la luz que es generada por una especie de lluvia, mientras el rayo cósmico interactúa en la atmósfera.
Ricardo Sato, coordinador científico en el Observatorio Pierre Auger dialogó con Los Andes y sostuvo que desde la construcción del observatorio se tomaron datos y notaron que necesitaban avanzar con la investigación para sumar más información.
“Algunos científicos involucrados evaluaron algunas opciones para mejorar la investigación. Una de las ideas que terminó prosperando fue la de poner un detector adicional a los tanques que ya están en el campo”, explicó el científico.
“Estos detectores de partículas se colocarán arriba de los tanques y funcionarían, entre otras cosas, como contadores de partículas”, puntualizó Sato.
Si bien el tema es complejo, el entrevistado agregó que con este nuevo sistema podrán estudiar con más detalles la lluvia de partículas y tendrán más información sobre qué tipo de partículas están impactando en la atmósfera. Se podrá identificar partícula por partícula, que son al fin rayos cósmicos.
Algunos de estos tanques pueden observarse a simple vista a los costados de la ruta 143 y 40 hacia Malargüe en la zona conocida como Pampa Amarilla.
Este nuevo avance se encuentra en una fase de prototipo pero la intención es colocar estos nuevos equipos en los 1.600 tanques. Los sofisticados aparatos son construidos en Alemania pero la idea original nació en Argentina.
“Desde el instituto Balseiro tuvieron esta idea, la cual terminó prosperando”, agregó el científico Sato.
Al referirse a este nuevo avance, el coordinador científico se mostró contento, porque se podrá avanzar en la investigación. Después de cierto tiempo es necesario hacer algunos cambios para poder seguir avanzando.
De este modo se estudiarán más en detalle algunas características referidas a los rayos cósmicos”, reconoció el entrevistado.
Actualmente en el departamento de Malargüe trabajan dos científicos pero hay más de 500 de todo el mundo que, desde sus respectivos países, aportan a la investigación de Pierre Auger. Además, este observatorio cuenta con la colaboración de alrededor de 18 países.
Un punto a destacar es que se eligió al departamento sureño para realizar estos importantes estudios teniendo en cuenta que es una zona limpia, sin contaminación lumínica y la latitud y altitud para la observación de fluorescencia son favorables.
Con el objetivo de realizar intercambios científicos, dos veces al año se reúnen en Malargüe científicos de los países que colaboran con Pierre Auger. En los encuentros se revisan además los resultados que se obtienen y se comparten los estudios.
Cabe mencionar que los interesados en conocer las instalaciones del Observatorio Pierre Auger pueden acercarse hasta el predio ubicado en el ingreso norte de Malargüe y allí podrán disfrutar de una muestra de un sector de las instalaciones, charlas y videos referidos a los estudios. Las visitas se realizan en la mañana y en la tarde, y el ingreso no tiene costo.
Hay 1.600 tanques en 3 mil kilómetros cuadrados
En un perímetro de 3.000 kilómetros cuadrados están distribuidos, principalmente en el norte de Malargüe, 1.600 tanques. Los mismos tienen 12.000 litros de agua y en cada uno de ellos hay detectores de partículas.
Los tanques miden aproximadamente 3,5 metros de diámetro y más de un metro y medio de alto.
Se encuentran emplazados a 1,5 km de distancia entre ellos y operan las 24 horas todos los días del año. Estos tanques cilíndricos cerrados contienen una bolsa también cilíndrica de polietileno y dentro de la misma hay agua ultra pura, en la que la partícula deja su rastro.
El agua hace el efecto de fotomultiplicador y los datos que se registran transmiten la intensidad de la radiación producida por la lluvia.