Pese a que en los dos últimos días de la semana pasada, el peso recortó su caída en la plaza bursatil local y logró cerrar a $44, se posicionó como la moneda emergente que más se depreció, al terminar con una baja de 6,37%.
De la mano de un fortalecimiento del dólar a nivel global, los últimos cinco días le pusieron presión a todas las monedad de la región. Detrás del peso, se ubicó el real brasileño, que acumuló una caída de 3,76%.
En el país vecino, las tensiones provinieron de la escena política. Aunque el viernes frenó su avance para cerrar a 3,91 reales por dólar. Así cerró el mes con la suba más importante desde 2015 para el tercer mes del año.
Para los próximos días se espera que el real mantenga sus ganancias, en la medida que las fricciones de la política local cedan. A pesar del mayor nerviosismo creado por los temores de una desaceleración económica a nivel global, el Brexit y la disputa comercial entre China y los Estados Unidos entre otros factores, la recuperación del real brasileño fue impulsada por la tregua entre las autoridades del gobierno y del Congreso de Brasil respecto a la ley de la reforma pensional.
Así es que esta semana todos los ojos en la próxima semana estarán en el Congreso de Brasil, que finalmente comenzará el debate oficial sobre la reforma de las pensiones. El ministro de Economía, Paulo Guedes, dará testimonio en la Comisión de Constitución y Justicia (CCJ) de la cámara baja.
El robustecimiento del dólar también impactó en Chile y Colombia. El peso del país trasandino perdió 3,5% en los últimos cinco días y completó el podio de las monedas con peor desempeño dentro de los emergentes. En tanto, en Colombia la moneda cerró con un rojo semanal de 2,98%.