Un taekwondista peruano protagonizó el papelón más grande en la historia de la disciplina. Ocurrió en un polideportivo de la ciudad de Huaraz, donde un nutrido grupo de niños pretendía aprender los movimientos básicos.
El deportista, llamativamente portador del cinturón negro, tenía que romper una tabla de madera sostenida por una torre humana. Los dos primeros intentos terminaron con patadas en la cara de uno de los asistentes, mientras que en el tercero terminó en el piso.
Según el medio '90 matinal', los chicos hicieron fila para salir y no quisieron saber nada con las enseñanzas del "profe".