Peronistas de todo el país se congregaron ayer para despedir los restos de Juan Carlos “Chueco” Mazzón, el histórico armador político del PJ nacional que falleció el viernes por la noche de un infarto.
“Irremplazable” fue el adjetivo más utilizado por la dirigencia justicialista para ponderar la magnitud de la repentina desaparición de Mazzón (tenía 71 años), quien se encontraba trabajando bajo las órdenes de Daniel Scioli -en la coordinación del operativo electoral de hoy- cuando fue sorprendido por la muerte.
Justamente fue el candidato del oficialismo nacional, Scioli, uno de los primeros en hacerse presente -ayer al mediodía- cuando comenzó el velorio de Mazzón, en una sala funeraria del barrio de Palermo. El gobernador bonaerense llegó acompañado por gran parte de su equipo y dejó sentidas palabras sobre el “Chueco”.
“Fue un gran militante, un gran peronista que siempre promovió la unidad y el espíritu de colaboración entre los peronistas”, dijo Scioli. “Mañana (por hoy) será un día importante para nuestro movimiento, la democracia y el país y nos hubiera gustado compartir con él esos momentos, porque nos ayudó a llegar hasta acá y los peronistas tenemos una forma de honrar su lucha que es hacer lo posible para estar juntos al final del camino”, expresó Scioli.
Otros gobernadores que viajaron a la Capital Federal para participar de las exequias de Mazzón fueron el mendocino Francisco Pérez, el salteño Juan Manuel Urtubey y el jujeño Eduardo Fellner, quien sostuvo que “debe haber muy poca gente en el peronismo que no lo recuerde como un tipo que lo ayudó”. Otros mandatarios, como Lucía Corpacci (Catamarca), Oscar Jorge (La Pampa) y José Luis Gioja (San Juan) enviaron coronas.
Mazzón fue el encargado de manejar la agenda hacia el interior del PJ de todos los presidentes peronistas. Comenzó a trabajar con Carlos Menem, cuando llegó a la Rosada como número dos de José Luis Manzano en el Ministerio del Interior y luego pasó a responder las órdenes de Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner.
Ambos ex presidentes le dieron un despacho en el primer piso de la Casa de Gobierno, en la Unidad Presidencia, desde allí tejió alianzas y resolvió conflictos políticos internos de gran parte de las provincias. Hasta marzo de este año, Mazzón mantuvo ese mismo cargo en el gobierno de Cristina Fernández pero, tras el tormentoso cierre de listas del PJ de Mendoza (su distrito), en el que el peronismo tradicional decidió enfrentarse en internas con el kirchnerismo duro, la Presidenta le pidió la renuncia.
Pese a que la relación no había terminado bien, ayer Cristina Fernández envió condolencias a su familia y una gran corona. Lo mismo hicieron otros funcionarios del Gobierno nacional, como el jefe de Inteligencia, Oscar Parrilli y el vicepresidente Amado Boudou. Sin embargo, el único ministro que pasó ayer a despedir a los restos de Mazzón, en las primeras horas del funeral, fue Florencio Randazzo.
“Vengo a decirle adiós a un amigo, lo quería mucho al ‘Chuequito’. Habíamos hablado hace poco, cuando decidí no ser candidato a gobernador. Me dio su apoyo. Era un gran compañero”, sostuvo.
Propios y ajenos
Entre las figuras de la política que se mostraron más golpeadas por la pérdida de Mazzón estaba Diego Bossio, el titular de la Anses, quien trabajó codo a codo con el "Chueco" y su hijo Mauricio en la fundación Gestar, el think tank del peronismo ortodoxo que apoyó desde la primera hora la candidatura de Scioli.
Otro hombre muy afectado por la muerte del histórico operador fue su compañero de andanzas como apoderado del PJ en los tiempos de Néstor Kirchner, el diputado Jorge Landau.
“No lo puedo creer. Estaba llamado a ser una figura clave de la etapa que está empezando para unir a todo el peronismo, limar asperezas y generar diálogo”, dijo Landau. A su lado, dirigentes encumbrados del sciolismo comentaban que Mazzón había expresado su deseo “de volver a la Casa Rosada” con Scioli ya como presidente. “Fue un dolor muy grande para él cuando Cristina lo echó”, afirmaron.
Entre los dirigentes más cercanos a la Presidenta que también se acercaron al velatorio estuvieron Juan Manuel Abal Medina, ex jefe de Gabinete, y el vicegobernador bonaerense Gabriel Mariotto. En tanto, Julián Domínguez, quien hoy busca ganar las PASO y ser el candidato K en el principal distrito del país (ver página 6), envió también una corona.
Dirigentes opositores también buscaron la forma de mandar su pésame. Con el entorno más cercano de Mazzón se comunicaron los radicales Julio Cobos y Raúl Baglini y peronistas opositores como los cordobeses Juan Manuel de la Sota y Juan Schiaretti enviaron importantes coronas que fueron ubicadas al lado de un enorme arreglo floral que llegó en nombre del Consejo Nacional del PJ, el órgano político del principal partido político del país en el que Mazzón se movió como pez en el agua durante décadas.
La familia de Mazzón (su esposa “Mary” y sus hijos Mauricio, Juan Domingo, Mariela y Martín) decidió extender hasta hoy a las 9 de la mañana el funeral.
Los restos del veterano dirigente serán cremados y enterrados en un parque de descanso del partido de Pilar a media mañana. “Era un demócrata que creía en el diálogo y en el acuerdo político”, lamentó el gobernador Pérez, un hombre que llegó al poder gracias al inestimable apoyo de Mazzón.