A sólo cuatro días de que se cumpla un año del trágico vuelco del micro de TurBus en Horcones, que dejó el irreparable saldo de 19 personas muertas (también hubo 20 heridos), comenzó ayer el juicio al chofer del colectivo de la empresa chilena, Francisco Sanhueza, quien arriesga una pena de 8 a 25 años de prisión.
Las puertas del salón de actos del Poder Judicial de la provincia se abrieron para recibir a decenas de sobrevivientes de la tragedia (la más grave de la provincia), quienes, a través de los testimonios, muchos de ellos acompañados por lágrimas y llantos, revivieron lo ocurrido en la montaña.
El imputado Sanhueza llega al juicio detenido (ayer fue llevado minutos antes de las 8) acusado de homicidio simple con dolo eventual, lesiones gravísimas, graves y leves.
Es la calificación a la que llegó el fiscal Gustavo Pirrello en la instrucción y que ahora comparte la acusación con la fiscal de Cámara María Paula Quiroga, mientras que la defensora oficial Cecilia Pedrazzoli asistirá al imputado. Por su parte, Martín Miguel Sevilla es el abogado que, como querellante, representa a las víctimas.
El Tribunal está presidido por el juez Juan Miguel, acompañado por Ramiro Salinas y Luis Correa Llano.
La primera audiencia
La jornada comenzó minutos después de las 9 y se extendió, tras un breve cuarto intermedio, hasta pasadas las 14. Se escucharon siete testimonios, el primero de los cuales (de una mujer) fue sin presencia de público por expreso pedido de la testigo y para lo cual se apoyó en un certificado médico que así lo aconsejaba.
Los siguientes relatos fueron coincidentes en, por lo menos, dos puntos: el exceso de velocidad por parte del micro y la casi ausencia de tránsito en la ruta internacional a la hora del vuelco, minutos antes de la 1 de la madrugada.
Algunos testigos recordaron haberle reclamado a los gritos al chofer por la velocidad del ómnibus, lo que provocaba -repitieron- que se “ladeara” peligrosamente y que, como consecuencia de ello, algunos bultos o bolsos cayeron desde los compartimientos de equipaje.
Entre 90 y 99 km/hora
A lo largo de la audiencia no sólo testificaron sobrevivientes del accidente, sino que también lo hizo el ingeniero Julián Burquero que, como perito, fue puesto por la empresa TurBus.
Y en su relato confirmó los dichos de los testigos, cuando hizo referencia a que al "momento" de la apertura del tacómetro "indica que la curva anterior al vuelco la tomó a 90 km/h y la curva del vuelco (la denominada Curva del Yeso) lo hizo casi a 92 km/h", rematando en su testimonio que "quedó demostrado que en ningún momento accionó los frenos...".
Fuera de la sala, Los Andes dialogó con uno de los testigos (un joven de unos 23 años que viajaba a Chile aquella madrugada) y si bien, por pedido de las partes, evitó hablar sobre su testimonio, aseguró que "fue un año de dolorosa espera, pero ahora frente al Tribunal y junto a muchos de los compañeros heridos, fue como un choque emocional y por eso, como muchos, no pude evitar las lágrimas...".
Utilizando el mismo escenario hoy, desde las 10, se desarrollará la segunda audiencia (sobre un total previsto de cinco) y además de los testimonios de algunos sobrevivientes, se espera conocer las pericias que fueron realizadas por la Policía Científica que trabajó en el lugar tras la tragedia de aquel 18 de febrero de 2017.