El Partido Democrático Unionista (DUP) de Irlanda del Norte, formación que se volvió pragmática luego de años de radicalización anticatólica, podría convertirse en la salvación de la primera ministra británica Theresa May tras su revés en las legislativas del jueves.
El apoyo de los 10 representantes del DUP es indispensable para que los conservadores logren una pequeña mayoría, a sólo días de que comiencen las negociaciones sobre el Brexit.
La formación confirmó que estaba dispuesta a dar su apoyo parlamentario a May, que lo necesita para continuar gobernando. Pero esto sin perder de vista los intereses de Irlanda del Norte, cuando se acerca la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea.
“Iniciamos discusiones con los conservadores para ver cómo es posible ofrecer estabilidad a nuestra nación en este momento de grandes desafíos”, aseguró ayer Arlene Foster, dirigente del DUP. “El DUP siempre buscará lo mejor para Irlanda del Norte y su pueblo, esperando siempre lo mejor para todos en Gran Bretaña”, agregó.
El DUP insiste en este punto, cuando el Sinn Fein -formación histórica de los nacionalistas católicos, ferozmente opuestos a que se reinstalen los controles fronterizos entre el Norte y el Sur de Irlanda- mejoró su posición alcanzando 7 bancas.
Desde su creación en 1971 por el pastor fundamentalista Ian Paisley, el DUP sosegó su política y su retórica. La formación ya no acusa más a los católicos de “reproducirse como conejos” o de “mutiplicarse como los parásitos” antes de oponerse a los acuerdos del Viernes Santo que puso fin en 1998 a 30 años de violencia.
El DUP se convirtió en el primer partido de Irlanda del Norte y desde entonces aceptó gobernar localmente con el Sinn Fein, como lo impone el acuerdo. Aunque el gobierno estalló en enero, en parte por las disensiones sobre el Brexit, los dos partidos continúan difíciles negociaciones para formar una nueva coalición.
División sobre el Brexit
El DUP se mantiene fiel a la línea de May sobre la salida de Gran Bretaña de la UE, pero quiere limitar las consecuencias negativas para Irlanda del Norte.
Foster probablemente condicionará su apoyo a los “tories” a un alza de las subvenciones que da Londres a Irlanda del Norte, que se redujeron los últimos años, y a una compensación por la pérdida de las ayudas agrícolas de la UE.
Hecho significativo de los últimos comicios: el Sinn Fein, que quiere un referéndum sobre la reunificación de Irlanda, ganó tres bancas el jueves así como todas las circunscripciones fronterizas, las que más se verían afectadas por el Brexit.
La victoria electoral del jueves para estas dos formaciones, que lograron 17 de los 18 mandatos en liza en detrimento de las formaciones más moderadas, hace resurgir el espectro de una nueva polarización de la vida política en Irlanda del Norte.
“Volvimos varias décadas atrás. Estamos más divididos que nunca”, estimó John Foster, un jubilado de Belfast del sur, un barrio en el que el DUP obtuvo mayoría.
Para Liam Kennedy, de 64 años, profesor en la Queen’s University de Belfast, los comicios “cristalizaron la realidad política en Irlanda del Norte” ante la perspectiva de una salida de la UE. Christina Kelly, de 38 años, explicó que lamenta el Brexit pero que votó “por un mejor acuerdo para Irlanda del Norte”.
Conforme a su doctrina, el Sinn Fein confirmó que no ocupará sus bancas en Westminster, instalando su sede en territorio irlandés.