El peor atentado en Turquía: 86 muertos

Ocurrió durante una manifestación pacifista de la oposición pro kurda. Aún nadie se lo atribuyó, pero fue obra de dos suicidas con bombas. Estupor y repudio mundial.

El peor atentado en Turquía: 86 muertos

Al menos 86 personas murieron ayer en Ankara en el atentado más grave de la historia turca, perpetrado probablemente por dos suicidas contra una manifestación pacifista de la oposición pro kurda, a tres semanas de las elecciones legislativas anticipadas.

A las 10.04 hora local (4.04 de Argentina), dos fuertes explosiones sacudieron los alrededores de la estación de tren central de Ankara. Justo allí debía celebrarse una manifestación opositora en favor de la paz, para denunciar la reanudación hace tres meses del conflicto entre las fuerzas turcas y los rebeldes del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).

A esa hora se estaban ya reuniendo las delegaciones de sindicatos y partidos políticos de izquierda -entre ellos la principal formación pro kurda del país, el Partido Democrático de los Pueblos (HDP)-, que afluyeron de toda Turquía para participar en la manifestación.

“Escuchamos una explosión fuerte y otra pequeña. Hubo un gran movimiento de pánico, y luego vimos cadáveres en la explanada de la estación”, declaró Ahmet Onen, un jubilado de 52 años.

“Existen pruebas claras que demuestran que este ataque fue perpetrado por dos kamikazes”, afirmó ante la prensa el primer ministro Ahmed Davutoglu, quien anunció igualmente tres días de luto nacional por la tragedia.

Posteriormente, Davutoglu afirmó que las autoridades no han recibido aún ninguna reivindicación del atentado. No obstante, señaló a tres movimientos que a su parecer podrían ser posibles autores: el PKK, el Estado Islámico (EI) y el partido Frente Revolucionario de Liberación del Pueblo (DHKP-C), de extrema izquierda.

“Estamos ante una masacre terrible. Se ha cometido un ataque bárbaro”, dijo a su vez el co presidente del HDP, Selahattin Demirtas, quien añadió: “Estamos confrontados a un Estado asesino que se ha transformado en una mafia”.

En una declaración, el presidente islamista-conservador Recep Tayyip Erdogan denunció “este atentado abyecto contra nuestra unidad y la paz de nuestro país”, y prometió “la respuesta más fuerte” contra sus autores.

El ataque tuvo lugar a tres semanas de las elecciones legislativas anticipadas, previstas el 1 de noviembre.

En el lugar de las explosiones se vivieron escenas de caos. Las ambulancias buscaban a los heridos y la policía acordonó la zona.

Dos horas después de las explosiones, los agentes tuvieron que disparar al aire para dispersar a los manifestantes encolerizados por la muerte de sus compañeros en las explosiones, y que gritaban “policías asesinos”.

La cadena de información NTV difundió imágenes de video de un aficionado donde se ve a manifestantes cantando y bailando tomados de la mano, y que de pronto caen al suelo por la potencia de la deflagración (ver foto principal).

“Vi a un hombre con la pierna arrancada, tumbado en el suelo. También vi una mano seccionada sobre el asfalto”, dijo otro testigo, Sahin Bulut, miembro de la Asociación de Ingenieros de Estambul. Es como en Suruç”, añadió.

El pasado 20 de julio, un atentado suicida atribuido al grupo Estado Islámico (EI) mató a 32 militantes de la causa kurda en la ciudad turca de Suruç, muy cerca de la frontera con Siria.

Tras el atentado de Suruç arreciaron los enfrentamientos entre el ejército turco y los rebeldes del PKK, que hicieron saltar por los aires un frágil alto el fuego vigente desde marzo de 2013.

Más de 150 policías o soldados han muerto desde entonces en atentados atribuidos al PKK. Las autoridades turcas afirman por su lado que han “eliminado” a más de 2.000 miembros del grupo rebelde en sus operaciones de represalia.

Sin mencionar el atentado, el PKK anunció ayer la suspensión de sus actividades antes de las elecciones. “Nuestro movimiento decretó un período de inactividad de nuestras fuerzas de guerrilla, salvo si nuestros militantes y combatientes son atacados”, anunció en un comunicado la Unión de Comunidades del Kurdistán (KCK), que agrupa a todos los movimientos rebeldes.

“No haremos nada que pueda impedir unas elecciones justas”, añadió el movimiento.

Ante la tensión del clima político, la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, llamó a Turquía a “permanecer unida” frente a los “terroristas”.

Por su parte, La Casa Blanca denunció a través de su portavoz del Consejo de Seguridad Nacional (NSC), Ned Price, un atentado “horrible” y prometió el apoyo de Estados Unidos a la lucha contra “el flagelo del terrorismo”.

Por su parte, el presidente francés, François Hollande, condenó un acto “odioso”, y la canciller alemana Angela Merkel, un ataque contra “los derechos cívicos, la democracia y la paz”.

En las legislativas del 7 de junio pasado, el partido de Erdogan perdió la mayoría absoluta que tenía en el Parlamento desde hace 13 años, en parte gracias al buen resultado del HDP. Tras fracasar las negociaciones para formar un gobierno de coalición, Erdogan convocó unas elecciones anticipadas en las que espera recuperar la iniciativa política.

Twitter colapsó

Muchos usuarios no pudieron acceder a Twitter ayer  en Turquía, informó la red social en su sitio web. No estaba claro si el problema está relacionado con el atentado, pero el gobierno turco actuó antes, en casos similares, bloqueando o limitando redes sociales, generando acusaciones de censura.

“Los usuarios en Turquía informan de problemas para acceder a Twitter. Estamos investigando y esperamos que el servicio se restaure pronto”, tuiteó la cuenta @policy de Twitter.

En julio, una corte turca ordenó una prohibición para la publicación de imágenes de un mortífero atentado cerca de la frontera con Siria en todos los medios escritos, visuales y en línea, incluyendo Twitter.

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