El Pentágono está enviando a decenas de analistas de inteligencia a Irak para revisar cuidadosamente un enorme conjunto de información que se espera se recupere en la ofensiva para recapturar a Mosul de manos del Estado Islámico, la cual puede proporcionar nuevas claves sobre posibles ataques terroristas en Europa.
Los analistas tendrán varias prioridades inmediatas: compartir cualquier información crucial para los combates que se desarrollan en Mosul con el ejército iraquí; pasar el conocimiento útil a los oficiales estadounidenses que están planeando un ataque contra Raqa, la capital “de facto” del Estado Islámico, en el este de Siria; buscar pistas sobre dónde se encuentra Abu Bakr al Bagdadí, el misterioso líder de la organización, y buscar cualquier información sobre las células terroristas en Europa y cualquier ataque que puedan estar fraguando.
El mayor general Gary J. Volesky, comandante de las fuerzas estadounidenses en tierra en Irak, ha calificado a Mosul como la “joya de la corona” en Irak para el Estado Islámico. Notó que los extremistas han estado atrincherados allí durante más de dos años, y agregó el miércoles: “Es claro que habrá inteligencia que vamos a poder explotar”.
Funcionarios europeos de inteligencia y contraterrorismo dijeron que esperan ansiosamente los datos que se recojan de los discos duros de computadoras, de los teléfonos celulares, los archivos de reclutamiento y de otras fuentes después de que avancen las fuerzas iraquíes en la ciudad las próximas semanas. Estos funcionarios temen una afluencia de combatientes extranjeros que huyan de las campañas contra Mosul y Raqa.
La información recuperada en dos operaciones militares anteriores en contra del Estado Islámico -una en el este de Siria en mayo del 2015 y la otra de un combate más reciente en Manbiy, en Siria- les dieron a los funcionarios estadounidenses y aliados conocimientos agudos sobre la estructura de la dirigencia del Estado Islámico, así como del financiamiento y el reclutamiento.
Las fuerzas también han recuperado registros detallados de muchos de los 40.000 combatientes de más de 120 países que han llegado a Siria e Irak para combatir con la organización.
“Si le quitamos el teléfono a un combatiente del EI muerto en Manbiy y tiene diversos números telefónicos en una capital o ciudad particular en todo el mundo, compartimos esa información con los miembros de la coalición para que puedan realizar su propia investigación”, comentó este mes Brett H. McGurk, el enviado del presidente Barack Obama ante la coalición que combate al Estado Islámico.
Los datos están fluyendo de Irak y Siria desde que ha ido mejorando constantemente la forma de compartir la información dentro y entre los gobiernos europeos, a partir de los letales ataques terroristas en París y Bruselas el año pasado, dicen funcionarios europeos de contraterrorismo y de las fuerzas del orden.
“Mucho ha cambiado desde los ataques en París”, notó Johan de Becker, el jefe de la policía de los distritos occidentales de Bruselas, que incluyen al de Molenbeek y otros donde vivieron los atacantes en París y en Bruselas.
“Hemos hecho muchas mejoras en el nivel de las señales nacionales e internacionales, concernientes a los combatientes terroristas extranjeros”.
Funcionarios estadounidenses reconocieron que enfrentan una tarea abrumadora en la recopilación, el análisis y la difusión a los servicios de inteligencia iraquíes y occidentales, de la colección de información procedente de Mosul, de la cual se espera empequeñecer los 20 terabytes de datos que se han recuperado hasta ahora en Manbij. Un terabyte es igual al contenido de un millón de libros.
La coalición liderada por Estados Unidos debe poder ofrecer el apoyo de inteligencia en la operación de Mosul a más fuerzas de los socios.
Como resultado, en el desplazamiento más reciente de más de 600 tropas adicionales del ejército, se despacharon decenas de analistas de inteligencia, militares y civiles, a varias partes por todo Irak. La mayoría ya estaban ubicados cuando comenzó la ofensiva de Mosul, pero algunos todavía siguen llegando.
“Cuando liberas a una ciudad del tamaño de Mosul, puedes esperar conseguir una tremenda cantidad de información”, comentó el coronel John L. Dorrian, el principal portavoz militar estadounidense en Bagdad.
“Desde luego que si se nos presenta una oportunidad con bastante rapidez, sí tenemos las fuerzas adecuadas en su sitio para avanzar y actuar en concordancia”.
Eso es importante porque aun cuando el Estado Islámico pierda su califato físico, o estado religioso, en Irak y Siria, la organización todavía puede infligir asaltos letales, dicen altos funcionarios estadounidenses de contraterrorismo.
“Es nuestra opinión que la capacidad y la habilidad que tiene el EI hoy para realizar ataques en Siria e Irak, y en otros países no se ha disminuido significativamente hasta ahora”, dijo Nicholas J. Rasmussen, el director del Centro Nacional de Contra terrorismo, al Congreso estadounidense.
“El ritmo de los ataques terroristas y las actividades terroristas vinculados al EIIL en Europa y otros lugares por todo el mundo es un recordatorio de ese alcance global”.