El pedido judicial de desafuero a la senadora Cristina Kirchner podría debatirse en sesión recién en agosto y no mañana, como solicitó Cambiemos.
El plazo para tratar la quita de inmunidades pedida por el juez Claudio Bonadio contra la expresidenta vence mañana, porque entonces se habrán cumplido los seis meses legales desde que el oficio fue girado a la comisión de Asuntos Constitucionales del Senado.
Pero estos son seis meses contando días corridos. Mañana, en la reunión de Labor Parlamentaria del mediodía, con vistas a una sesión pedida por Cambiemos para las 18, podría zanjarse este dilema interpretativo de la ley y acordar que en vez de días corridos sean días hábiles, lo que estiraría el plazo para tratar el desafuero de la expresidenta hasta agosto.
El pedido Bonadio había sido dejado de lado durante estos meses porque el PJ del Senado, que conduce el rionegrino Miguel Pichetto, entiende que el desafuero sólo es procedente cuando sobre el senador pesara una condena firme, y Cristina Kirchner no está ni siquiera condenada sino procesada.
Esa es la postura del PJ, sin cuyos votos Cambiemos no puede aprobar nada. Y menos en este caso en que por ley se requieren los dos tercios de los votos de los presentes para aprobar un desafuero.
Pero el viernes, con el antecedente de desafuero del diputado Julio de Vido —que tampoco estaba condenado sino procesado—, Cambiemos igualmente avanzó y pidió una sesión especial para esta semana con el fin de tratar el caso de Cristina.
De esta manera, los senadores oficialistas se protegen de quedar ante la opinión pública como que beneficiaron a la líder del Frente para la Victoria dejando que el plazo se venciera sino que además ponen en aprietos a Pichetto, que llegado el caso deberá fundamentar en el recinto su posición sobre la necesidad de condena firme, y de esta manera aparecerá como protector de la expresidenta.
El más beneficiado con esta discusión es el Frente para la Victoria, donde desean que el pedido de desafuero sí se debata en el recinto del Senado porque le permitiría a su líder ponerse en el lugar de paria política y con un seguro final victorioso.
El PJ no puede admitir el desafuero de Cristina porque, con el argumento de la necesidad de condena firme, Pichetto defiende al senador y también expresidente de la Nación Carlos Menem, quién sí está condenado a prisión —por contrabando— pero su sentencia no está firme.
Entre los senadores de Cambiemos tampoco hay un convencimiento unánime respecto del desafuero a Cristina: algunos argumentan otros procesados en la causa, como Carlos Zannini y Luis D'Elía, ya fueron dejados en libertad por el Tribunal Oral Federal 8, instancia superior a la del juez Bonadio, quién pidió el desafuero.
Por eso, entendían que el pedido de desafuero de Cristina Kirchner ya devino abstracto, tras estas excarcelaciones.
El 5 de diciembre pasado Bonadio le solicitó al Congreso que la expresidenta fuera desaforada para poder ser investigada y arrestada en el marco de la causa por el supuesto encubrimiento del atentado a la AMIA, investigación que había iniciado el fiscal Alberto Nisman.
Bonadio, enemigo declarado del kirchnerismo, considera a la líder del Frente para la Victoria artífice de un plan para fabricar la inocencia de los ciudadanos iraníes acusados de haber perpetrado el atentado a la AMIA, mediante el Memorándum de Entendimiento con Irán firmado en 2013.
Cambiemos pretendió conectar su embestida parlamentaria contra Cristina Kirchner con el último fallo judicial de la Sala II de la Cámara Federal porteña, compuesta por los jueces Martín Irurzun y Leopoldo Bruglia, según quienes Nisman fue víctima de un homicidio como "consecuencia de la denuncia" contra la expresidenta.