En marzo el Partido Demócrata tendrá elecciones internas para renovar autoridades y los bandos en pugna empiezan a velar sus armas. Son dos facciones, una de ellas busca cierta independencia del Frente Cambia Mendoza, la otra mayor compromiso del centenario partido con la gestión de Alfredo Cornejo.
Esta última ya se presentó en sociedad, renovando su vocación frentista, diciendo que "el gobierno kirchnerista con sus extremos fue quien disparó lo impensado, los partidos no peronistas entendimos que debíamos unirnos para poder ganar las elecciones y poder aplicar planes de gobierno capaces de devolverle sustentabilidad a la nación y sus provincias". La presentación de listas vence a principios de febrero.
En este espacio revistan quienes tienen alguna responsabilidad en la gestión Cornejo o en la de Mauricio Macri: están el titular de Aysam Richard Battagion, la de Juegos y Casinos Josefina Canale, el Director Nacional de Articulación y Enlace con los Ministerios Públicos, Diego Arenas. Tan fuerte es la vinculación, que algunos en el PD los llaman el Sindicato de Empleados de Cornejo.
Del otro lado está la actual conducción, encabezada por Carlos Balter, en la que se enrola el único diputado provincial que tiene el PD: Marcos Niven. Desde este sector salieron las principales críticas hacia algunos de los proyectos de Cornejo en la Legislatura; el último fue el del incremento del números de miembros de la Suprema Corte mendocina de siete a nueve.
Entre la integración y la diferenciación debatirán los demócratas el 18 de marzo, fecha en la que están fijadas las internas en las que se definirá la nueva conducción del Partido.
No son grupos nuevos en el escenario demócrata. El antecesor de Balter fue Battagión, quien se reivindica como miembro fundador de Cambia Mendoza. A mediados de 2015 Battagión era el presidente de ese partido y fue él quien firmó la adhesión demócrata al frente que terminaría ganando la elección 2015.
Pasadas las elecciones provinciales y las nacionales, era el turno de los comicios partidarios para renovar autoridades. Balter volvía a escena y Battagión buscaba encumbrar al sobrino del intendente de Luján, Omar de Marchi, Sebastián Bragagnolo.
De Marchi ya había dado el salto desde el PD al Pro, pero buscaba tener ingerencia en el posicionamiento del PD. No había margen para que se desmarcara alguna de las fuerzas de Cambia Mendoza.
El proceso electoral estuvo marcado por la identidad demócrata o la integración a Cambia Mendoza. Hubo impugnaciones y la lista del sobrino de De Marchi terminó fuera de carrera y Balter terminó asumiendo sin haber competido.
“Yo no soy candidato. No es conmigo el tema”, dice Balter y luego recuerda que cuando asumió, con la presencia del propio Gobernador, “dije que iba a ser presidente para recuperar al partido de la destrucción a la que lo habían sometido”.
Del otro lado, en un comunicado se señala que el PD se había transformado en árbitro electoral: "a mejor performance del PD triunfo del peronismo y a menor desempeño del PD triunfo de la UCR".
Entonces la inclusión del PD en Cambia Mendoza implicó un cambio de rol para el PD “por primera vez en más de tres décadas los demócratas pasábamos de ser opositores a oficialistas. Estamos todavía en un proceso de adaptación hacia un nuevo modelo mental en el que la construcción de poder político se articula con gestión y aportes de ideas y no en base a diferenciación con el Poder Ejecutivo”.
Consultado Battagión, dijo que "para nosotros hay que afianzar la pertenencia al frente" y recordó que todos los dirigentes con cargos en toda la provincia apoyan la idea de ser parte de Cambia Mendoza: Canale, Arenas, Mario Draque (directorio del EPASS), los concejales Ramiro Zaragoza (Alvear), Marcos Sánchez (Godoy Cruz) y Javier Bassin (Santa Rosa).