El incendio en la cúpula del Espacio Contemporáneo de Arte (ECA) produjo consecuencias irreparables en algunos elementos patrimoniales y agravó la situación de un edificio que viene castigado desde hace mucho tiempo. Poco más del 10% de las obras expuestas, de un total de 150 esculturas y pinturas en las cinco muestras simultáneas en el complejo, sufrió pérdidas totales.
También resultó afectada la cúpula con el gran vitral que ilumina el amplio espacio central, que si bien no se ha perdido en su totalidad, algunas de sus piezas -son 210 paños o paneles de vitrales armados- quedaron inservibles y habrá que repararlas con el riesgo de no conseguir la calidad del elemento originario.
El penoso suceso permite especular sobre si realmente se estaba haciendo un trabajo de restauración de la cúpula con un proyecto seriamente evaluado, o si, por el contrario, se avanzó sin planificación integral, como una simple reparación de techos. Inclusive, hubiera sido sensato retirar las obras en exposición mientras se realizaban los trabajos, previendo riesgos. Ahora habrá que pagarlo todo, lo que se dañó, lo que perdieron los expositores y, lo que es peor, el edificio seguirá en mal estado. “Deberían pagar los funcionarios que obraron mal”, se ilusionaba un habitual visitante a las muestras.
Especialistas venían sosteniendo, desde hace tiempo, que había que restaurar este valioso inmueble, autoría del ingeniero civil y arquitecto Carlos María Agote, prácticamente centenario, ya que en 2018, se cumplirán 100 años de su inauguración. Fue sede del ex Banco de Mendoza, y al privatizarse la entidad, la edificación pasó al Fondo Residual de la Provincia para convertirse posteriormente en el Espacio Contemporáneo de Arte (ECA), inaugurado en 2000 con una recordada exposición del mendocino Julio Le Parc.
No obstante haber previsto las autoridades que las habituales muestras que se ofrecían en la sede afectada se distribuirán a salas de la cercana Secretaría de Cultura (ex Banco Hipotecario) o del Espacio Cultural Le Parc, Mendoza queda muy debilitada en materia de sitios para exposiciones, un capítulo de interés para mendocinos y turistas.
El inesperado cierre del ECA se suma como perjuicio a los cierres transitorios por obras de otros ámbitos de expresión artística, nada menos que el Museo Provincial de Bellas Artes-Casa de Fader y el Museo Municipal de Arte Moderno (Mmam). Estos establecimientos permanecerán un largo tiempo con sus puertas cerradas.
Que este desastre sufrido en el ex Banco de Mendoza sirva para que se hagan las cosas como corresponde, con seriedad, con proyectos realizados por personas capacitadas y luego llevados a la práctica por empresas que estén a la altura de los trabajos, con experiencia en el ramo patrimonial, y no por operarios ad hoc, sin la especialización necesaria.
Valoramos las galerías privadas, como una muy conocida de una bodega del Valle de Uco, y los restantes sitios que aún quedan para realizar exposiciones, pero el segmento oficial de la Provincia en esta materia queda prácticamente sin respuesta, como ocurría en los primeros años del siglo XX.
Debe procederse a un replanteo enérgico en materia patrimonial. Se hizo un buen trabajo con el restablecimiento de la antigua Escuela Mitre, pero no se está haciendo nada, por ejemplo, para proteger el Banco Hipotecario, una de las joyas provinciales en la materia, o la Biblioteca General San Martín. Apenas unos ejemplos, porque el muestrario de nuestro desvalido arcón patrimonial se compone, lamentablemente, de muchas otras oscuras realidades.
