El Patito se recuperó y fue todo un estratega

Yannantuoni triunfó luego de tres años. Comenzó con cubiertas blandas pero rápidamente las cambió por las duras, que aguantaron hasta el final.

El Patito se recuperó y fue todo un estratega
El Patito se recuperó y fue todo un estratega

A bordo de un Fluence del Renault Team, Fabián Yannantuoni se adjudicó el triunfo en la décima competencia final del año que el Súper TC 2000 disputó ayer con cambio de neumáticos obligatorio en el autódromo de Termas de Río Hondo.

El Patito largó undécimo luego de haber sido sexto en su batería y quedó al frente del pelotón en el 17° giro, cuando Matías Muñoz Marchesi (Chevrolet Cruze) entró a cumplir el requisito reglamentario de cambiar sus cuatro gomas.

El santafesino de Capitán Bermúdez comenzó con compuesto blando (el más rápido pero el que se degrada también con mayor velocidad) pero sólo lo tuvo durante dos vueltas, porque entró a los boxes y quedó a la espera de lo que sucedía con el resto de los pilotos.

Es que un auto de seguridad en la quinta vuelta alteró las estrategias de varias escuadras y puso un signo de interrogación a una interesante carrera en la que Néstor Girolami (Peugeot 408) y Facundo Ardusso (Fiat Línea) habían largado desde la primera fila tras la victoria “con ayuda” de sus coequipers Julián Santero y Christian Ledesma, quienes fueron escoltas.

Bebu fue a boxes en el séptimo giro pero cinco vueltas después pinchó el neumático trasero izquierdo y perdió terreno valioso en la lucha por el triunfo. También Ardusso tuvo inconvenientes y debió abandonar, por lo que cambiaron rotundamente los nombres de los protagonistas, quedando Yannantuoni, Matías Rossi (Toyota Corolla) y  Leonel Pernía (Renault Fluence) comandando el pelotón.

Finalmente ese fue el orden de llegada y el Patito pudo subir a lo alto del podio después de tres años. “Por suerte salió bien la estrategia. Sinceramente no esperaba el triunfo; ganar una carrera de estas es un sueño”, expresó Yannantuoni.

Aplausos para Llaver y Santero

Habían generado expectativa con los resultados obtenidos en clasificación, que determinaron buenas posiciones en la grilla de partida de las series. Con ambos ocupando las dos primeras filas de la segunda batería no era una utopía ilusionarse con un podio en la exigente competencia final, teniendo en cuenta el agobiante calor y el cambio de los neumáticos.

Tanto en la batería como en la carrera decisiva, Mendoza estuvo en lo alto por varios minutos. Primero con el dominio de Julián Santero desde el comienzo del parcial (doblegando a Fabián Yannantuoni que partía primero) hasta que debió “levantar” para ceder el lugar a Néstor Girolami, su coequiper que pelea por el título.

Luego fue tiempo de ver primero a Bernardo Llaver en la carrera a 21 vueltas, con una buena estrategia aprovechando la veloz cubierta blanda hasta el 14° giro.

Incluso hubo esperanza cuando el joven de Guaymallén saboreó el podio marchando segundo detrás de Facundo Ardusso, en el momento que Girolami optó por cambiar las gomas. Sin embargo, un problema en el embrague a la hora de sustituir los neumáticos, privó a Santero de seguir prendido. “Sé que estaba para el podio ya que el andar del Peugeot fue soberbio. Pero así son estas carreras; podés hacer las cosas de forma excelente y perdés todo por un problema en boxes”, sostuvo quien culminó 14° a bordo del 408.

Así, la atención se centró en Berni, arremetiendo contra Leonel Pernía para subir al último escalón del podio. "Lo busqué pero no pude por poco. De todas maneras estoy contento porque hicimos una buena administración del neumático", dijo el sanmartiniano que fue tercero en la serie y llegó cuarto en la final, siendo lo mejor del año. / Diego Espósito

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