Finalmente, comenzó el lento regreso al lugar de origen. Cerca de 3000 personas que se encontraban evacuadas en diferentes refugios de alta montaña, producto de los aludes del pasado sábado, pudieron iniciar la vuelta a casa.
Es que Vialidad Nacional y en conjunto con el Centro de Operaciones de Emergencia Provincial (COEP) lograron abrir una huella en la tarde de ayer, entre Polvaredas y Las Cuevas, para que los vehículos de los viajeros retornaran a la capital mendocina.
Debe aclararse que todavía no se abrirá el paso Internacional Cristo Redentor ya que si bien la ruta fue despejada aún no puede ser utilizada para tráfico intenso. Por ello, más de 3 mil personas aun no podrán cruzar desde y hacia Argentina y deberán esperar al menos 24 horas más, según se aseguró desde la Dirección Nacional de Migraciones. Además, cinco personas fueron evacuadas en helicóptero debido a sus condiciones de salud, que no les permitía aguardar hasta la reapertura de los caminos. Sobre todo, teniendo en cuenta las bajas temperaturas en horas de la noche.
Desde las 20 de ayer inició el operativo para acompañar a los vehículos que desde las últimas horas esperaban mejores condiciones meteorológicas y a que las máquinas de Vialidad despejaran el corredor internacional para poder regresar a Mendoza.
Esas mismas máquinas trazaron una huella provisoria por la que los servicios de emergencias acompañaron a vehículos a los que se les dio prioridad ya que viajaban con ancianos y niños o tenían alguna emergencia. En total eran unas 3000 personas que estaban siendo asistidas en refugios.
Tras los 20 aludes que provocaron el corte de la ruta internacional 7 fueron despejados en distintos tramos. Y continuó el trabajo de máquinas viales para despejar desprendimientos de rocas y lodo entre Punta de Vacas y Puente del Inca. Cabe recordar que los kilómetros afectados por el acarreo de barro fueron inicialmente 1.176 (pasando Uspallata hacia el Oeste) y 1.182. A partir de allí también se cortó en forma total desde el ingreso a Potrerillos. Hasta la medianoche del sábado hubo 11 deslizamientos de tierra, 9 parciales y 2 totales con dimensiones importantes.
Hambre, frío y sobreprecios
Cielo Vanella, una mendocina que volvía de Chile en el camión de su marido, con un bebé y una nena de seis años describió que la situación en la montaña es desastrosa. "Hay mucho viento y no tenés dónde comprar. Anoche (por el sábado) pasamos muchísimo frío, porque también había viento, y lo peor es que no te dan ninguna solución",
La familia se encuentra en el refugio de Punta de Vacas donde está Vialidad Nacional. "Estamos esperando la ayuda, pero no tenés dónde comprar algo para comer o tomar. Lo único bueno es que podés entrar al baño y te dan agua", se lamentó.
Vale contar también la historia de una familia de porteños que pasaban unos días de vacaciones en la provincia y que se convirtieron en una pesadilla. El descanso de los turistas comenzó el día 20 de enero cuando llegaron a la casa de su amiga Gilda Arbocco.
Diana Reningger, su esposo Diego y el hijo de ambos de 7 años partieron ayer -supuestamente por el día- hacia el Puente del Inca. Pero por la tarde cuando decidieron volver a la ciudad, Gendarmería había cortado la ruta por los aludes y quedaron varados junto a más de 3 mil familias entre el lugar turístico y Uspallata.
"Nos acaban de avisar que vamos a estar dos días acá. Tenemos dinero pero no hay nada abierto para comprar nada", le avisó angustiada Diana a través de un mensaje de texto a su amiga Gilda. "Estamos muertos de frío y sin abrigo y Dante (el hijo de la pareja) sufre mucho", agregó.
Después la situación se volvió más difícil porque desde Gendarmería les avisaron que no tenían comunicación y tuvieron que pasar la noche en el auto solo con la ropa que llevaban puesta.
Ayer a la mañana cuando las amigas retomaron la comunicación, Diana le confesó: "No nos alojaron en ningún lado. Estamos en el auto y nos morimos de frío".
Respecto al frío la subsecretaria de Desarrollo Social, Marcela Fernández, advirtió que en zona de alta montaña siempre hay que estar preparados y más cuando se viaja con niños. "Siempre hay que traer abrigo y alimentos. Esto es un llamado de atención para toda la comunidad. De todas formas, quienes debían tomar medicación llevaron", explicó la funcionaria.
En tanto, el intendente de Las Heras, Daniel Orozco señaló que hubo problemas por sobreprecio de algunos productos y que por ejemplo, una docena de empanadas en Penitentes se estaba cobrando a 500 pesos. "Estamos esperando que los turistas nos den datos fehacientes para tomar medidas al respecto. Vamos a mandar inspectores para que hagan algo al respecto", dijo el cacique de este departamento.
Cruces alternativos
La Dirección Nacional de Migraciones (DNM), dependiente del Ministerio del Interior informó que la opción para cruzar a Chile o volver de este país es hacerlo por el Paso El Pehuenche, ubicado en el departamento de Malargüe, a 589 kilómetros de la Ciudad de Mendoza.
Asimismo, agregaron que muchos turistas que simplemente por la jornada viajaron a puntos cercanos a la frontera trasandina, también se encuentran impedidos de volver; incluso muchos de ellos quizás hasta carecen de documentación hábil para salir del territorio. Por este motivo y dado que esta interrupción de la Ruta 7 puede durar unas 24 horas, la DNM sugiere pensar en la opción del Paso El Pehuenche en el sur mendocino.
En tanto, desde Chile recomendaron a quienes se encuentran en las provincias de Catamarca, Córdoba, Santiago del Estero o Santa Fe utilizar los complejos de San Francisco (Catamarca) o Pircas Negras (La Rioja), para poder completar su viaje.
Una lista para emergencias
Con respecto a los aludes producidos en la ruta nacional 7, el poblador y comerciante de alta montaña, Mario González, basado en Puente del Inca, se quejó por la falta de un listado de teléfonos de todos los servicios y personas que pueden atender percances en el corredor bioceánico del lado argentino.
"Desde los aludes ocurridos en febrero de 2013 -dice González- vengo insistiendo con la importancia de contar con un listado de todos los que en alguna medida vamos a estar involucrados en situaciones de emergencia en alta montaña.
Sin embargo no logré conseguir completar esta simple nómina por parte de los responsables".El residente, quien también es guía de montaña, agregó: "No voy a llorar sobre la leche derramada. Hay que ponerse a trabajar seriamente para no tropezar por tercera vez con la misma piedra". Añadió que tanto él como otros habitantes de las localidades cordilleranas están a disposición "para colaborar y para participar activamente desde lo personal y desde lo institucional en las reuniones que se realicen a tal efecto".
