La reunión de los cancilleres de Argentina y de Chile, prevista para hoy en la provincia, tiene una importancia fundamental para los mendocinos, que somos los que habitualmente tenemos que sufrir las consecuencias de trámites burocráticos perimidos -según la tecnología actual- cada vez que tenemos que viajar hacia el vecino país. No se trata de una primera reunión. Anteriormente hubo varias, también entre cancilleres; los propios presidentes de los dos países abordaron la problemática y hasta hubo más de treinta cónclaves entre funcionarios de la V Región y de Mendoza en la búsqueda de soluciones, pero el tiempo pasó y no hay avances concretos.
Según se indica, la intención de los dos cancilleres es alcanzar un acuerdo que permita poner fin al doble trámite en la frontera, de manera tal que, en el ingreso a Chile, un efectivo de la Policía de Investigaciones hará la salida de Argentina y el ingreso al vecino país en el complejo Los Libertadores. Como contrapartida, un funcionario de Migraciones hará lo propio en Horcones, cuando se trate del ingreso a la Argentina.
Es muy factible que la nueva decisión produzca alguna aceleración en la tramitación de frontera pero la realidad marca que la problemática es mucho más profunda porque no se trata sólo de migraciones sino de varios pasos y sellos que hay que superar antes de poder ingresar al vecino país, como es el caso de Aduana y esencialmente del Servicio Agrícola Ganadero. Todo ello realizado en instalaciones inadecuadas a las necesidades de la época y a la cantidad de gente que transita hacia uno y otro países.
Es un hecho cierto que la infraestructura con que cuenta el complejo Los Libertadores está perimida, a punto tal que en la época estival o durante los fines de semana largos el vecino país se ve en la obligación de improvisar el funcionamiento de casillas especiales. Pero la medida se aplica cuando ya las colas superan varios kilómetros y las demoras son superiores a cuatro o cinco horas, con un clima que afecta a los viajeros y una altura que genera serios problemas de salud para la gente mayor y para los niños. Chile ha advertido la situación y ha dispuesto construir un nuevo complejo, aunque lamentablemente lo hará en el mismo lugar, cuando la realidad indica que podría haberse proyectado algunos kilómetros más abajo.
El control que realiza el Servicio Agrícola Ganadero, el que más demoras genera, merece una consideración especial. Chile, que cuenta con la calificación de libre de plagas en todo su territorio, intenta evitar que el ingreso de mercaderías, frutas u hortalizas, le pueda provocar algún inconveniente, y por ese motivo son tan estrictos. Es lógico el planteo, más aún si nos atenemos al hecho de que, un mal control en la frontera argentina provocó el ingreso de la polilla de la vid a nuestro país, pese a las advertencias que habían realizado. Pero el inconveniente de la demora podría solucionarse con la aplicación de multas muy severas a aquellos que no cumplan con los requisitos, de manera tal que el solo cuidado de la gente aceleraría la tramitación.
Lo cierto y lo concreto es que la situación actual en el paso a Chile merece ser revisada y que las medidas deben adaptarse a los nuevos tiempos. Es de esperar que la reunión de cancilleres logre los objetivos buscados y que los acuerdos alcanzados tengan rápida aplicación. No debemos olvidar en este último aspecto que un ex presidente chileno aseguró en su momento que muchas de las medidas que se adoptan se diluyen en el laberinto burocrático de los organismos de frontera.
