Resulta evidente que el gobernador de la Provincia quiere "curarse en salud" y anticiparse para evitar los inconvenientes que se repiten año tras año, cuando crece el número de personas que viajan hacia y desde Chile. Esas largas colas, que generan demoras en algunos casos de hasta 10 horas, podrían verse multiplicadas en enero cuando, además de los turistas que viajan hacia las costas del Pacífico, se sumarán los católicos que querrán participar de las actividades que desarrollará en Papa Francisco, durante su visita al vecino país.
Cornejo ya envió una propuesta a las autoridades chilenas con la intención de que se establezcan los mecanismos pertinentes que permitan acelerar los trámites aduaneros, de migraciones y de sanidad vegetal y animal.
Debería considerarse en ese esquema también el hecho de que si la iniciativa da resultados, podría muy bien ser tomada como una prueba piloto con miras al futuro y evitar que todo vuelva a la "normalidad" -en lo que a demoras se refiere- una vez concluida la misión del Sumo Pontífice.
Hay varios aspectos a considerar respecto de la visita.
Así por ejemplo, su llegada a Santiago está prevista para el lunes 15 en horas de la noche y las actividades oficiales, con actos populares, para el martes 16, fecha que coincide con el cambio de quincena turística. Luego de las actividades protocolares, a las 10.30 Francisco ofrecerá una misa en el parque O'Higgins y en la tarde mantendrá un encuentro con seminaristas en la catedral metropolitana, ubicada en el centro estratégico de Santiago y donde se espera también la asistencia de público, al menos en los alrededores.
El miércoles 17 el Papa visitará Temuco y volverá a Santiago para, en horas de la tarde, reunirse con jóvenes en el Santuario Nacional.
El jueves 18 visitará Iquique y desde allí irá hacia Perú.
Respecto de la presencia de argentinos en las actividades, las presunciones hablan de decenas de miles, hecho que no resulta ilógico dada la cercanía de Santiago y la presencia de la máxima autoridad religiosa del catolicismo. De manera tal que también resulta factible que, si no se producen cambios en el sistema de atención, la situación colapse y supere las posibilidades, con las consiguientes quejas -lógicas por cierto- de quienes sufrirán las consecuencias.
Frente a ese panorama más que complejo, Mendoza tomó la iniciativa y propuso una ventanilla única para agilizar el trámite durante la visita papal.
Lo hizo durante una reunión entre las autoridades locales y funcionarios chilenos y la propuesta consiste en regular el flujo de transporte de cargas en horario nocturno; flexibilizar los controles fitozoosanitarios e implementar un sistema de ventanilla única para aprovechar al máximo la cantidad de personal, desdoblando inclusive los controles que se realizan en el complejo de Horcones, utilizando este último sólo para autos particulares entre el 15 y el 20 de enero, mientras los micros serían inspeccionados en el área de control integrado de Uspallata.
Entre otros aspectos, la iniciativa contempla también la eliminación del formulario en soporte papel, una medida que se ha quedado en el tiempo en estas épocas de tecnología de última generación.
Sólo habría que considerar el planteo efectuado por la Asociación de Propietarios de Camiones, que se opone a la restricción del paso de grandes rodados, aduciendo que la medida se contrapone con los principios de libre tránsito y también con las relaciones del comercio internacional en la región.
Queda poco más de un mes para que las autoridades de los dos países lleguen a los acuerdos necesarios para superar los graves problemas que se presentan anualmente y que este año se multiplicarán con la visita papal. Es esperable que las decisiones que se adopten alcancen los resultados esperados y las conclusiones a que se arriben, de solucionarse los inconvenientes, se utilicen también como prueba piloto hacia el futuro.