El Parque de Servicios e Industria de Palmira (Pasip) le solicitó al municipio de San Martín, en su carácter de socio mayoritario, fondos extras para respaldar una obra de infraestructura imprescindible para su crecimiento, estancado hace más de dos años.
Hasta el momento, 32 empresas han comprado parcelas dentro de las 90 hectáreas de terreno que forman el predio del Pasip, ubicado a las afueras de Palmira y al costado de la ruta 7, y aunque un puñado de esas firmas ya trabajan en el lugar, ninguna tiene por ahora la posibilidad de escriturar su lote, lo que estancó el crecimiento del parque, del que solo se ha vendido un 30% de las tierras.
Si bien la ley 9.023 aprobada a fines del 2017 permite al Pasip escriturar los terrenos vendidos a favor de sus propietarios, en la práctica eso aún no ocurre.
Y es que para poder escriturar, el Pasip precisa un certificado de factibilidad de desagüe de Irrigación, que hoy está condicionado a una obra complementaria que debe realizar el parque: la impermeabilización de un canal de riego que cruza los terrenos. Lo cierto es que el parque no cuenta con el dinero para esa obra y de ahí entonces, el pedido de fondos al municipio, socio mayoritario y dueño del 56% de las acciones.
"La impermeabilización de ese canal demanda $8 millones e Irrigación pone plazo de un año, a partir de la firma del convenio, para hacer la obra", explica el peronista Bartolomé Robles, presidente del Concejo: "Lo que INversora Pasip pide a la comuna es un seguro de caución por ese monto". Ese seguro, obliga al municipio a realizar la obra, si vencido el plazo de un año, Pasip no hizo la impermeabilización del cauce.
Sin esa obra, Irrigación no firmará la factibilidad que le da al Pasip la posibilidad de escriturar los terrenos y destrabar la venta de nuevos lotes, estancada desde hace dos año; pero al mismo tiempo, sin la venta de lotes, Inversora Pasip no tiene recursos para encarar la obra, por lo que la participación de la comuna con su seguro de caución es vital para el proyecto de crecimiento del parque.
Por otro lado y aunque la traba de las escrituras mantiene frenado el crecimiento del Pasip, hay un puñado de empresas que compró lotes y mientras esperan escriturar, ya trabajan en el lugar y por ello, Inversora Pasip debe garantizarles los servicios, la limpieza y la vigilancia.
El problema es que sin la venta de lotes, Inversora Pasip se ha quedado sin recursos para esos gastos y entonces, en un segundo pedido al municipio, que también debe autorizar el Concejo, solicita de la comuna $7,4 millones: dos millones para garantizar hasta diciembre el pago de los servicios y el resto para 2019 o hasta que Pasip pueda generar recursos propios, a través de la venta de terrenos.
"La gestión provincial anterior puso $52 millones en Pasip que se usaron en obras de infraestructura; la actual gestión no ha puesto nada y los gastos que demanda el parque han sido cubiertos exclusivamente por la comuna, que ha invertido 11 millones", explicó Robles y completó: "El Pasip se quedó sin plata para pagar los servicios y el Concejo Deliberante precisa aprobar estos dos pedidos, pero como se trata de endeudamiento, hacen falta dos tercios de los votos, por lo que precisamos el acompañamiento de la oposición. Hay que ver si está en ellos la voluntad política de acompañar el proyecto Pasip".
Al respecto, el bloque Cambiemos ha pedido una semana más para analizar ambos proyectos: el del seguro de caución y los fondos para los gastos de servicios del parque.
Una fuente de trabajo en Palmira
El Pasip tiene objetivos a mediano y largo plazo. Por un lado busca posicionarse como un polo fundamental dentro del corredor Bioceánico Central y además generar puestos de trabajo en el Este provincial, sobre todo en uno de los distritos más golpeados como es Palmira, luego del desmantelamiento de la red ferroviaria en los 90'.
El Pasip se gestó en 1996 pero recién en 2007 vio la luz luego de la creación de un fideicomiso integrado por el Fondo para la Transformación y Crecimiento (quien administra), Parque Tecnológico (autor intelectual), Gobierno de Mendoza (el ministerio de Economía financia la obra pública en el lugar) y Empresa Inversora Pasip S.A. (con participación mayoritaria del municipio), que ganó la licitación para vender y construir.