Con caminatas, clases de gimnasia, puestos de comidas para disfrutar al aire libre, cine, recitales y títeres para los más pequeños, el Parque General San Martín recibió ayer a los mendocinos que no quisieron perderse de las actividades organizadas en el marco de la inauguración de la primera etapa de los trabajos de remodelación.
El sol acompañó la jornada y ayer fueron muchos los que se acercaron a los distintos sectores del predio con la intención de pasar un buen momento, sentados en reposeras y banquetas o con la manta sobre el césped.
Al mediodía, una vez concluido el acto oficial a cargo de las autoridades, las familias y grupos de amigos aprovecharon el momento para descansar, caminar alrededor del lago o tomar un helado con la mirada atenta al entorno.
En el tradicional paseo El Rosedal, las postales daban cuenta de cuánto los mendocinos aman este predio. Mientras los más grandes disfrutaban del aire fresco a la sombra de algún árbol, y algunos pequeños se divertían jugando a la pelota, un grupo de jóvenes se disponía a preparar el mate para acompañar el pic-nic.
“La verdad es que ha quedado muy lindo y lo he pasado muy bien. Nos entregaron frutas y jugos naturales. Es muy bueno que incentiven los buenos hábitos”, comentó alegre Elsa Orozco (78). A su lado, Margarita Bornemann (71) también aprovechó el momento para descansar y charlar.
“Me enteré por la radio que habían actividades, por eso estoy aquí”, comentó conforme con los camiones de Salud la mujer que llegó de Buenos Aires en el marco de la inauguración de un jardín de infantes que llevará el nombre de su hermana, la escritora ya fallecida Elsa Bornemann.
El plan de mejoras de infraestructura en el Parque comenzó el 8 de junio, costó a la Provincia $ 116 millones e incluyó el reasfaltado de calles, paseos, costaneras y rotondas.
Se instaló un sistema de riego y buena parte de las acequias fueron empedradas a modo de “dique”, con la idea de que los árboles tengan una mejor receptividad del agua, según explicó el administrador del Parque, Ricardo Mariotti.
El funcionario detalló que el arreglo incluyó un sistema de veredas confinadas con cordones de hormigón, la instalación de nuevas alcantarillas para unir las acequias y la inclusión de pases tritubos en algunos sectores para permitir conexiones bajo tierra.
La obra también agregó una ciclovía en el Paseo Las Palmeras. “Se priorizaron los sectores que tienen un mayor uso para deportes y caminatas para que no se obstaculice el tránsito de los paseantes”, dijo Mariotti en referencia a las terminaciones que ayer se percibieron de manera parcial.
De hecho, en varios accesos aún es posible encontrarse con un cartel de desvío, algunos veredines sin terminar (en el sector del Prado Español, por ejemplo), calles cortadas y caminos con la tierra removida.
Para buena parte de los paseantes que ayer por la tarde se encontraban allí, la sorpresa fue grande al ver que las obras no han quedado concluidas al 100%. Inclusive, destacaron varias falencias en el predio.
Mariotti reconoció que aún queda terminar algunas veredas, señalizar las calles e incorporar cartelería. “En las próximas semanas esperamos terminar todo”, dijo el funcionario y aclaró que por ese motivo todavía están estacionadas las máquinas en el Paseo de Los Robles.
Allí, las topadoras y niveladoras contrastaron con el colorido de los puestos de helados y food- trucks que se pudieron ver durante toda la jornada.
Para la próxima etapa de refuncionalización del Parque se ha previsto mejorar el mobiliario en el Rosedal. Se instalarán más bancos y se replantarán rosales.
En esta etapa se incluirá la construcción de bebederos nuevos para todo el paseo, se instalarán más banquetas y cestos para residuos. “La idea es continuar con las obras; esto es un inicio y hay que seguir mejorando”, puntualizó Mariotti.
Los arreglos que faltan, según los que lo usan a diario
Mientras degustaba un minuta en uno de los puestos de foodtrucks que ayer se encontraban en el Paseo Las Tipas, Ricardo Amué (70) charlaba con su nieta Agustina (10).
Si bien aseguró que el día ameritaba una salida al aire libre, el hombre se mostró algo decepcionado. “Ésta ha sido una inauguración parcial. Pensábamos que estaría todo listo y la verdad es que no veo muchos cambios”, opinó y añadió que la inauguración oficial se debería haber programado una vez que se hayan concluido las tareas. “La verdad es que nos vamos con gusto a poco, creí que iba a ser diferente”, agregó.
Romina Torosky (32) contó que el Parque es su lugar obligado para andar en bici, en patines y correr casi todo los días. Ella consideró que en realidad se hizo una gran inversión pero que ello no se ha traducido en mejoras simples que a diario necesitan los usuarios asiduos.
“Se han mejorado las calles pero vos venís y no tenés de dónde sacar agua. Hay sectores donde no encontrás un bebedero y ni hablar de bancos para sentarte”, comentó al hacer un alto en su recorrido en bicicleta.
Para ella, “no se ha pensado en lo funcional y cotidiano porque además de noche no se puede andar porque está oscuro e inseguro”, agregó y puntualizó: “Se nota que además las plantas y árboles están en un estrés hídrico permanente. Nunca he visto el Parque tan descuidado”.
En cambio, para Paola Palma (37) quien ayer al mediodía se encontraba en el Rosedal almorzando un sandwich junto a su esposo Sebastián (29) y su hijo Juan Pablo (6), “el Parque se ve limpio y cuidado”.
Para Carolina Alfaro (24) y dos amigas con las que ayer charlaba tirada sobre una manta, el paseo se ve mejor con las calles asfaltadas. Olga Reynoso (47), por su parte, opinó que hay sectores que se notan un poco abandonados, sobre todo en lo referente al mantenimiento del verde.