En reiteradas oportunidades nos hemos referido desde estas columnas al Parque General San Martín, ese magnífico paisaje cultural que debemos al gobernador Emilio Civit, al médico higienista Emilio Coni y al paisajista Carlos Thays, quienes impulsaron la reconstrucción de Mendoza a fines del siglo XIX con obras claves, entre otras, la creación del otrora Parque del Oeste.
En no pocas ocasiones hemos criticado el abandono o mal estado del "pulmón" de la ciudad, al que vimos languidecer por falta de acciones oficiales, y por el proceder de malos ciudadanos, a quienes nada importan los patrimonios verdes.
En estos días asistimos a los trabajos finales del emprendimiento denominado oficialmente como "Puesta en valor del núcleo histórico del Parque General San Martín", y en el que se han invertido más de 100 millones de pesos.
Creemos, aunque la obra no ha sido inaugurada oficialmente aún, que la gran estructura ecológica de más de 400 hectáreas ha recobrado prestancia y lozanía, toda vez que a comienzos de año advertíamos sobre la extrema sequedad que campeaba por prados y forestales de la gran extensión.
Hubo inclusive todo un debate sobre el reemplazo de 715 árboles por parte de ingenieros agrónomos y defensores del espacio público.
Analizaremos en otro momento el emprendimiento que está culminando, pero no podemos dejar de puntualizar que otra vez se han producido destrozos en algunos sectores, no obstante que el casco histórico aún no está plenamente abierto al uso público, ya que el perímetro aún se encuentra en obra.
Por declaraciones del director de Parques, Ricardo Mariotti, se ha sabido que recientemente se ha producido la rotura de mobiliario en general (bancos, bebederos y cestos), que obligará a la reposición de esos elementos y a la reparación de los implementos para sentarse.
También se han efectuado daños a algunas esculturas, que obligarán a nuevos gastos, por lo cual se está trabajando en su georeferenciación y detección de daños con la intención de restaurarlas en 2018.
Además, los vándalos que nunca faltan rompieron algunas luminarias apedreándolas y otras del tipo led sencillamente las robaron.
Repetimos que puede haber puntos de vista dispares sobre lo ejecutado en el parque, que de todos modos es una primera parte de trabajos, ya que ahora vendrá la remodelación de El Rosedal.
Pero, sobre lo que debe existir consenso es en tratar de neutralizar la periódica incursión de los inadaptados, a los que no les interesa que miles de personas disfruten el esparcimiento o la actividad física en un ambiente cuidado.
El ciudadano, la persona de a pie, puede contribuir a cuidar y proteger el Parque pero no puede enfrentar a los desaprensivos "rompe todo", primero y principal porque éstos casi siempre actúan en horarios de escasa presencia humana y al amparo de las sombras.
Las autoridades deben encarar un plan de vigilancia sólido que asegure en todo horario la utilización del espacio de una manera sensata y correcta.
El esfuerzo debe ser provisto con más recorridas de policías y guardaparques, especialmente en las jornadas en que los estadios de fútbol dentro del perímetro son utilizados.
Por el mismo conducto de la Administración de Parques se ha indicado que hay un aumento en la cantidad de efectivos policiales en distintos sectores, no solo con móviles patrulleros sino además agentes a caballo o bicicleta.
Esperamos que estos operativos no decaigan con el paso del tiempo.
Otro aspecto que el usuario espera que se cumpla es con el mejor riego posible de la enorme superficie, no obstante reconocer que se transita otro año de crisis hídrica.
Además, debe cumplirse con la periódica reposición de los árboles que se van erradicando.
