El paro estatal, sin piquetes ni protocolos

Con bajo ausentismo, en Mendoza la medida también tuvo otra particularidad: las centrales se movilizaron por separado y no se llegó a aplicar la norma antipiquetes.

El paro estatal, sin piquetes ni protocolos

Dos marchas diferentes para protestar por lo mismo: despidos estatales, paritarias sin techo y protocolo antipiquetes. El Gobierno, midiendo hasta dónde presionaba para demostrar, a las dos facciones de la CTA en Mendoza, que aplicaría ese mismo protocolo que los sindicatos resisten. Alguien podría decir que se mostraron los dientes, pero también podría decirse que hubo algo de puesta en escena, porque nunca se tensó demasiado la cuerda.

Que la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) está partida en Mendoza no es novedad, pero ayer ratificaron esa división, aunque el líder de una ellas, Gustavo Correa, intentó minimizar la fractura diciendo que había conversado con Raquel Blas y que de su parte consideraba que la marcha debía terminar en la Legislatura para que los partidos de la oposición tomaran una posición pública sobre los despidos, el protocolo y los futuros decretos de aumentos salariales que llegarán a ratificación legislativa.

Pero la CTA autónoma que lideran Blas y la diputada nacional del FIT, Soledad Sosa, no tomó el mismo camino que los otros y terminaron en Casa de Gobierno, cortando Peltier por una hora.

Desde temprano las concentraciones estaban monitoreadas por el Ministerio de Seguridad y la Municipalidad de Capital. La consigna era que no se cortaran las calles por un tiempo indeterminado y largo. De hecho, el secretario de Seguridad Ciudadana de esa comuna, Raúl Levrino, estuvo controlando el cumplimiento del Código de Convivencia que rige en la Ciudad.

En ese control es que las autoridades, tanto provinciales como departamentales, pedían que las columnas se movilizaran, para ir liberando el tránsito, en lugar de estacionarse en un corte de calle por tiempo indeterminado.

En este punto la sangre no llegó al río. Ninguna de las dos columnas se estacionó en una calle durante dos horas, el límite que parecen soportar las autoridades para entorpecer el tránsito. De hecho sólo una de las columnas, la que encabezaban Blas y el secretario general de ATE Roberto Macho, cortó una calle, la Peltier; los de Gustavo Correa se estacionaron en la puerta de la Legislatura, sobre Peatonal Sarmiento, es decir no entorpecieron el tránsito.

“En Casa de Gobierno, los mismos organizadores invitaron a cortar la calle. Lo importante es que tanto la manifestación, como el acto se hizo en orden”, decía el subsecretario de Relaciones con la Comunidad, Néstor Majul, sobre el acto de cierre de la manifestación que concretaron las organizaciones sindicales que fueron a Casa de Gobierno. Luego decía que un corte de calle breve no era un problema.

A las 11.30 llegó la fiscal Daniela Chaler a Casa de Gobierno. Allí la recibieron Majul, el subsecretario de Justicia, Marcelo D'Agostino, y una mediadora del Ministerio de Seguridad.

La mediadora fue la encargada de hacer contacto con los manifestantes, identificó a los organizadores y pidió precisiones acerca del tiempo que permanecería Peltier cortada. Minutos después el piquete se diluía, sin que hubiera orden fiscal de desalojo de la calle, es decir sin que el protocolo antipiquete debutara en Mendoza. “Queremos que todos tengan su derecho. Quédense tranquilos que la última alternativa será la represión” decía Majul.

Más tarde, D'Agostino decía que remitirían las pruebas del corte a la fiscal Chaler y esperarían una eventual imputación de los organizadores.

Dos marchas y un cruce de caminos

Las marchas tomaron rumbos distintos, a pesar que extraoficialmente tuvieron el mismo origen: la sede del Casino de Mendoza, donde las dos centrales se disputan el espacio de las carpas instaladas para protestar por los despidos en el Instituto Provincial de Juegos y Casinos.

Macho y Blas se concentraban en Peatonal y San Martín. Pero un grupo de hombres de ATE que participan del acampe en Brasil y San Martín, partieron pasadas las 9 hacia donde estaban Macho y Blas.

Pasadas las 10 esta columna partió por San Martín hacia el norte, doblaron por Necochea hasta 9 de Julio, donde se concentraban los hombres de ATE en la Empresa Provincial de Transporte; todos siguieron por 9 de Julio hasta Espejo, doblaron al oeste hasta Patricias Mendocinas y pasaron por la Legislatura dedicándole apenas una bomba de estruendo. Por Patricias siguieron hasta Casa de Gobierno.

En esta movilización también estaban anotados los dirigentes de Sindicato de Trabajadores Estatales Autoconvocados, Judiciales, Ampros, Sindicato de Prensa, la Corriente Clasista y Combativa (CCC) y los partidos del Frente de Izquierda, Partido Obrero (PO) y de los Trabajadores Socialistas. (PTS).

Así como ATE es la fortaleza de la CTA Autónoma de Blas, la que conduce Gustavo Correa tiene como sindicato más poderoso al SUTE de Adrián Mateluna, gremio con el que compartieron destino hacia la Legislatura; también estaban anotados ahí Unión Personal de Juegos y Casinos (UPJC), Asociación Personal Legislativo (APEL) y la Tupac Amaru local.

Esta columna también partió del Casino. Cerca de las 10.30 salieron desde Brasil y San Martín, doblaron en Peltier. Minutos antes de las 11, en la rotonda de España y Peltier, se cruzaron con la columna de Blas y Macho. Doblaron por España hacia el norte, para doblar en Peatonal hasta la puerta de Legislatura. Allí fueron recibidos por legisladores del peronismo y del FIT.

"Guerra" de cifras y escaso acatamiento

Ni las movilizaciones ni el acatamiento al paro parecieron ser relevantes como para conmover al Gobierno. Según fuentes policiales en la marcha de ATE habían 400 personas y en la de CTA-SUTE 500. En realidad, pareció haber más gente que ésa, unas 800 o 900 personas en cada una.

Lo llamativo es que, en el caso de la movilización encabezada por Roberto Macho, cuando llegaron a Casa de Gobierno la cantidad de manifestantes empezó a diluirse. Sin dudas los que se quedaron al acto sobre calle Peltier eran menos que quienes habían marchado.

Por otro lado, el Gobierno no distribuyó datos acerca del acatamiento al paro, salvo en los efectores dependientes del Ministerio de Salud.

En esa planilla, el subsecretario de Relaciones con la Comunidad, Néstor Majul, juraba que el mayor acatamiento se había dado entre los no profesionales del Hospital Carrillo, donde el acatamiento había trepado al 8%. El segundo nosocomio con “alto” acatamiento fue el Lencinas donde los no profesionales se plegaron en un 1,5%.

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