La sucesión de Julio Humberto Grondona desnudará, como nunca antes, la intrincada relación entre la política y el fútbol argentino.
Los más de $ 1000 millones que el Gobierno, a través de la Jefatura de Gabinete, le paga a la AFA son el principal argumento por el que desde Balcarce 50 dirán lo suyo en la Asamblea de fines de octubre.
“Máximo está jugando”, fue la frase que usaron para confirmar que el hijo de la presidenta Cristina Fernández, principal referente de La Cámpora, intentará influir en la elección.
En los últimos días, desde algunos sectores del oficialismo promovieron la hipotética candidatura de Carlos Heller, diputado nacional (Nuevo Encuentro, el partido de Martín Sabbatella).
Gracias a los años en los que fue vice de Antonio Alegre en Boca, Heller alcanza la antigüedad requerida (cuatro años) para presentarse como candidato. “Me siento incómodo, porque tenía una relación con Grondona”, dijo Heller en Del Plata al ser consultado.
“Todo es una conjetura. Aún no hay bajada de línea; es temprano para eso, todos están muy desconcertados”, respondieron fuentes del Fútbol para Todos al ser consultadas sobre el futuro.
En tren de preferencias, los informantes no vieron mal que el próximo presidente fuera un hombre continuista de la tarea de Grondona. Es decir, Juan Carlos Crespi (Boca), Alejandro Marón (Lanús) o el mismo Luis Segura (Argentinos Juniors), quien presidirá la AFA, por lo menos, hasta la asamblea de octubre.
Las fuentes ven a Segura como uno de los grondonistas más alineados con el proyecto nacional que encarna Cristina.
¿Y si fuera alguien propio, de la política? “Si buscamos candidato, podría ser Eduardo Spinosa (Banfield)”, señalaron desde el Fútbol para Todos.
Contador público y con ocho años en la actividad política de Banfield, Spinosa es un hombre relativamente joven para la AFA (cumple 42 años el próximo 29) y, además, es amigo personal de Gabriel Mariotto, el vicegobernador bonaerense, que tuvo un papel fundamental en la concreción del Fútbol para Todos y la ley de medios.
En los últimos días, Mariotto fue uno de los pocos dirigentes del Gobierno que aplaudió la gestión de Julio Humberto Grondona en sus 35 años al frente de la AFA.
Así como el oficialismo piensa sus jugadas, también lo hace la oposición. Tanto en el Frente Renovador como en Pro creen que a partir de 2015 serán gobierno y que, si el Fútbol para Todos se mantiene, el hombre que asuma en octubre del año próximo “debería ser afín” a la nueva fuerza política que gobierne el país.
En Pro, por ejemplo, ya habrían movido filas para evitar que el Gobierno instalara a un hombre de su riñón (como Heller, por ejemplo). En ese sentido, tampoco verían del todo mal que quien cumpla el año de mandato que le quedaba a Grondona sea Segura. O incluso Alejandro Marón (presidente de Lanús).
“No nos disgusta la continuidad de Segura, o incluso Miguel Silva (secretario general del Comité Ejecutivo y vicepresidente primero de Arsenal)”, dijeron desde el Frente Renovador que encabeza Sergio Massa.
Sin embargo, aclararon que “no hay una decisión final” en el partido acerca de su candidato a suceder a Grondona. Y confirmaron que la elección verdadera es la del año próximo. Tanto en la AFA como en el país.
El senador nacional Aníbal Fernández (Frente para la Victoria) se bajó de la carrera por la sucesión. “Ni en pedo”, fueron sus palabras sobre la posibilidad de suceder a Don Julio.
De todas maneras, Fernández dejó en claro que quien intente postularse deberá tener la espalda suficiente. “Hay que ver quién tiene la mayor estatura para poder hacerse cargo.
Es un vacío difícil de llenar”, agregó quien preside Quilmes y la Confederación Argentina de Hockey. Con sus palabras, pretendió espantar a los advenedizos; a aquellos que hace rato están fuera del manejo del fútbol.
Lo suyo fue un llamado a los dirigentes con peso específico, sea político o futbolístico.
¿Qué hará Jorge Capitanich? En los hechos, es el dueño del fútbol; el que paga los más de $ 1000 millones a la AFA a través de la Jefatura de Gabinete.
Su opinión no es menor, aunque quedó señalado puertas adentro de la Casa Rosada luego del fallido arribo de Marcelo Tinelli a las transmisiones televisivas.
Por eso, su influencia decayó. A esta altura, sólo paga. Aunque, en algún momento, quienes postulen a los candidatos deberán sentarse a hablar con el chaqueño.
Después de todo, el nuevo hombre fuerte de la AFA será quien visitará la Rosada para negociar. O, como fue costumbre en los últimos tiempos, a reclamar aumentos que, muchas veces, el Gobierno no pagó.
Fuente: La Nación.
Una semana llena de definiciones
Con la urgencia de contratar al director técnico del seleccionado y ante el comienzo de un nuevo modelo de campeonatos, la dirigencia del fútbol argentino empezará a transitar la nueva era sin Julio Grondona, el presidente de manejo personalista durante los últimos 35 años.
Hoy la AFA reabre sus puertas para las tareas administrativas y se aguarda tal vez que mañana, el vicepresidente primero, Luis Segura, reciba un formal respaldo como nuevo titular hasta la Asamblea del 25 de octubre próximo en el que se definirá el sucesor.
Segura, filmado durante el Mundial vendiendo entradas, por ahora no tendría escollos de parte de sus pares de Comité Ejecutivo pues todavía deben elegir al DT que reemplazará al exitoso Alejandro Sabella.
Los focos apuntan a Gerardo Martino, luego que Diego Simeone, el elegido por Grondona padre, confirmara que seguirá en el Atlético Madrid. El 3 de setiembre Argentina jugará un amistoso ante Alemania, flamante campeón del Mundo, en Dusseldorf. Queda un mes pero antes el nuevo entrenador deberá dar la lista de convocados.
Las aguas de la política dirigencial no estarán calmas por mucho tiempo más.
“Si hubo dirigentes que intentaron hacer cambios estando Grondona, imaginate lo que se viene”, contó un dirigente. Pero en estos tiempos en que el Estado Nacional tiene negocios con la AFA, no estarán solitarios en la disputa grondonistas y no grondonistas, sino kirchneristas y no kirchneristas, y encima de cara a un año electoral donde el oficialismo comulgó con el fallecido dirigente y la oposición fue duramente crítica.
La AFA tiene ya armado su torneo de transición que no agitará aguas hasta diciembre pero desde el año próximo está previsto que sean 30 los equipos en Primera A, con lo cual cobra importancia el transicional de la B Nacional.
En ningún torneo del mundo hay 30 equipos en la máxima división. Fue diagramado por Don Julio, avalado por el Gobierno de Cristina Fernández, con plena incidencia en los organigramas del fútbol a partir de los miles de millones que lleva puesto en la televisación, y aprobado con muchos dirigentes masticando bronca.
Los directivos saben que el problema no son los ascensos masivos sino que se presentarán cuando se quiera recomponer una competencia con un número acorde, como los 20 actuales, y deban descender varios. Este punto es preocupación de varios dirigentes, en especial de los que ya están en Primera.
Además de tener que negociar con el Gobierno, como Grondona supo hacerlo, sea por los ingresos o la moratoria con la AFIP, la dirigencia deberá también estar atenta con que los clubes estén al día con el pago de los salarios.
Grondona se encargó personalmente en los últimos años de acordar con el titular de Futbolistas Argentinos Agremiados (FAA), Sergio Marchi, los comienzos tranquilos de los torneos, logrando el dinero para que algún club levante las inhibiciones. Por eso no quedan dudas de que empieza una nueva y compleja etapa en la AFA.