Un pastel elaborado con harina de coca y un té a base de la hoja contra el mal de altura, serán ofrecidos por un sindicato cocalero al Papa Francisco durante su visita a Bolivia en julio, informó el lunes una fuente del sector.
"Estaremos entregando un pastel de coca, mate de coca, y algunos otros derivados de coca, para que consuma nuestro hermano Papa", anunció Leonardo Loza, vicepresidente del sindicato de cocaleros del Chapare (centro), a la agencia estatal de noticias.
El principal dirigente de ese sindicato es el presidente boliviano, Evo Morales, quien desarrolla una amplia campaña internacional en favor de la milenaria planta consumida ancestralmente en Bolivia en mascado, infusión y rituales religiosos.
Durante la cumbre del G-77+China, en junio de 2014 organizada por Bolivia, un grupo de colonos regaló una torta de cumpleaños de harina de coca al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, aunque no hay certeza de que el diplomático la haya probado.
La ONU readmitió en 2013 a Bolivia en su Convención de 1961 sobre drogas, con la inclusión de la reserva al masticado de las hojas de coca, un año después de que La Paz denunciara la convención que proscribía esa práctica ancestral.
La hoja de coca es la materia prima para la fabricación de cocaína mediante un proceso químico. Sin embargo, Morales defiende que el mascado de coca regula la diabetes o la presión arterial alta, entre otros males.
Bolivia cuenta, según datos de las Naciones Unidas, con 25.300 hectáreas de cultivos de coca, aunque una ley de la década del 80 autoriza hasta 12.000 hectáreas para usos legales.
Bolivia es el tercer productor mundial de coca y cocaína, después de Perú y Colombia, según la ONU.