El papa Francisco convocó ayer a "romper las rutinas" y no quedarse "enmudecidos ante los acontecimientos", al celebrar la misa de la Vigilia de Pascua en la Basílica de San Pedro.
"Celebrar la Pascua es volver a creer que Dios irrumpe y no deja de irrumpir en nuestras historias, desafiando nuestros conformistas y paralizadores determinismos", dijo Francisco durante la homilía en la segunda de las celebraciones del Triduo Pascual, que culminará hoy en el mediodía romano con la bendición Urbi et Orbi en la Plaza San Pedro.
“Celebrar la Pascua es dejar que Jesús venza esa pusilánime actitud que tantas veces nos rodea e intenta sepultar todo tipo de esperanza”, planteó Jorge Bergoglio en su sexta Pascua como Papa, en la misa a la que asistió el embajador argentino en Roma, Tomás Ferrari.
El Papa enfatizó: "La invitación va dirigida una vez más a ustedes y a mí: invitación a romper las rutinas, renovar nuestra vida, nuestras opciones y nuestra existencia". "Una invitación que va dirigida allí donde estamos, en lo que hacemos y en lo que somos, con la cuota de poder que poseemos. ¿Queremos tomar parte de este anuncio de vida o seguiremos enmudecidos ante los acontecimientos?", interpeló.
Francisco avanzó en silencio por el oscuro pasillo central de la Basílica, guiado por una sola vela y por las luces azules del suelo que crearon un ambiente místico.
"Celebrar la Pascua es dejar que Jesús venza esa pusilánime actitud que tantas veces nos rodea y sepulta la esperanza." - Francisco
El oficio de ayer por la noche en Roma es el más solemne en el calendario litúrgico y da lugar a la misa jubilosa del Domingo de Pascua, cuando los cristianos marcan la resurrección de Cristo.
Durante el oficio, Francisco convirtió a la religión católica a 8 adultos, entre los cuales está un nigeriano que se volvió un héroe por ayudar a detener a un ladrón hasta que llegó la policía.
Previo a su bautizo, se informó que el nigeriano le pidió al jefe de la policía romana, que estuvo a cargo de su caso, que fuera su padrino.
La ceremonia había comenzado con la bendición tradicional del nuevo fuego en el atrio de la Basílica -que hoy será escenario de la misa pascual-, momento en el que Francisco entonó el Pregón Pascual, un poema escrito alrededor del año 300 que proclama que Jesús es el fuego nuevo, que centra la atención en la Virgen María, velando en soledad la tumba de su hijo, según la tradición católica.
En la misa de vigilia, el Papa Francisco bautizó a los mencionados 8 adultos, cuyas edades van de los 28 a 52 años.
En una Roma que soportó intensas lluvias toda la jornada, el gobierno italiano dispuso un operativo de 10.000 efectivos de Ejército, Policía y Carabineros enfocados especialmente en la celebración de mañana, cuya asistencia está estimada en al menos 30.000 fieles.
Así, la Plaza San Pedro luce defendida a través de detectores de metales en los alrededores, e instrucciones públicas respecto a la prohibición total del vuelo de drones en las inmediaciones.