El Papa viajó ayer a Caserta, en el sur de Italia, para reunirse con una comunidad de protestantes pentecostales, a quienes pidió un histórico perdón por la persecución que sufrieron durante el fascismo también por parte de los católicos.
“Entre los que persiguieron y denunciaron a los pentecostales, casi como si fueran locos que arruinaban la raza, estaban también los católicos.
Yo soy el pastor de los católicos y pido perdón por esos hermanos y hermanas católicos que no comprendieron y fueron tentados por el diablo”, dijo Francisco ante 300 evangélicos reunidos en la Iglesia de la Reconciliación en Caserta, cerca de Nápoles, muchos de los cuales acogieron emocionados hasta las lágrimas la presencia y las palabras del Pontífice argentino.
Jorge Bergoglio acudió a visitar a su amigo, el pastor Giovanni Traettino, jefe de la comunidad pentecostal local, a quien conoció en Buenos Aires cuando el pastor italiano desarrollaba en la Argentina su labor apostólica en la Iglesia Evangélica de la Reconciliación.
La persecución de los pentecostales fue una de las barbaridades cometidas por el fascismo en la misma época en que aprobó las leyes raciales que consagraron la terrible persecución de los judíos.
Los pastores protestantes fueron deportados, las iglesias destruidas y disueltos los movimientos evangélicos, que un decreto fascista condenó por “dañar la identidad física y psíquica de la raza” italiana.
La Iglesia Católica reaccionó con el silencio y, peor aún, no faltaron los párrocos que denunciaron a la Ovra, la policía secreta del régimen, a los fieles pentecostales. Pastores y fieles fueron enviados al confinamiento o a la cárcel. Algunos murieron en prisión y en los campos de concentración fascistas.
En la actualidad, el pentecostalismo tiene cinco corrientes importantes: el pentecostalismo histórico, el pentecostalismo clásico, el pentecostalismo unicitario, el neopentecostalismo y la renovación carismática no católica.
Francisco exhortó también durante su discurso a la comunidad a no usar la palabra “secta” al referirse a esta “familia protestante”. Agregó que la unidad “es fundamental entre los cristianos”.
“Es necesario buscar algo nuevo, superar las fronteras entre las iglesias cristianas, que no nacieron separadas”. “En el camino de la unidad nos haría bien tocar la carne de Cristo, ir a las periferias donde hay tantos hermanos necesitados de Dios, que tienen hambre, pero no de pan sino hambre de Dios”, destacó el Papa.
Francisco señaló entre aplausos que “no comprendo a un cristiano que está detenido, el cristiano debe caminar. Hay cristianos que caminan ante la presencia de Jesús, pero en ciertos momentos caminan no ante Jesús, porque confunden el caminar con dar vueltas, les falta la esperanza”.
Bergoglio almorzó con un grupo de 70 pentecostales, entre los que se encontraban pastores italianos, pero también de Estados Unidos, Argentina, Canadá, España, Francia y la India.
