El Papa Francisco culminó ayer su visita a Washington exhortando a hacer más por los migrantes que sufren, combatir el cambio climático y abolir la pena de muerte en el mundo, en un inédito discurso ante el Congreso estadounidense.
Luego una visita de dos días a la capital estadounidense, cargada de política y fervor religioso, el Pontífice argentino de 78 años partió a Nueva York, de donde seguirá a Filadelfia el fin de semana.
Francisco, primer líder de la Iglesia Católica en presidir una sesión bicameral del Congreso de EEUU, habló algo menos de una hora, y en un inglés con fuerte acento, ante más de 500 diputados y senadores, magistrados de la Corte Suprema y miembros del Ejecutivo, entre ellos el vicepresidente Joe Biden.
EEUU vive bajo el embrujo de la “papamanía”, pero Jorge Mario Bergoglio, primer Papa proveniente del continente americano, no ha rehuido a la polémica.
Ante “una crisis de refugiados sin precedentes desde los tiempos de la II Guerra Mundial” y el drama de los latinoamericanos que “se ven obligados a viajar hacia el norte”, este Papa “hijo de inmigrantes” pidió una respuesta “justa y fraterna” de los gobernantes.
“No debemos dejarnos intimidar por los números, más bien mirar a las personas, sus rostros, escuchar sus historias mientras luchamos por asegurarles nuestra mejor respuesta a su situación. Una respuesta que siempre será humana, justa y fraterna”, añadió.
Al tiempo que EEUU debate la suerte de los millones de indocumentados provenientes de México y América Central, lanzó: “Cuidémonos de una tentación contemporánea: descartar todo lo que moleste”. Frente a una mayoría de legisladores favorables a la pena capital, en un país que practica varias ejecuciones al año, el jesuita argentino exigió “la abolición mundial de la pena de muerte”.
"Acciones valientes"
En paralelo, el Pontífice pidió “acciones valientes” ante el cambio climático, uno de los tantos temas con los que coincidió el miércoles en la Casa Blanca con el presidente Barack Obama, pero que divide a los congresistas.
“Estoy convencido de que podemos marcar la diferencia y no tengo alguna duda de que los Estados Unidos y este Congreso están llamados a tener un papel importante”, expresó el Pontífice, quien se refirió a la necesidad de implementar lo que denominó una “cultura del cuidado”.
Los conservadores, mayoría en el Congreso, lo recibieron con cortesía y mostraron en pocas ocasiones su desacuerdo, como cuando se negaron a aplaudir los comentarios del Papa sobre el ambiente. Pero saludaron de manera vehemente sus palabras sobre la familia, “amenazada”, y su defensa de la vida “en todas las etapas de su desarrollo”, una referencia al aborto. “La familia está amenazada quizá como nunca antes”, señaló.
Francisco hizo su entrada a la Cámara poco después de las 10 hora local (11 de Argentina), con una ovación de pie, la primera de tantas durante la anticipada alocución, para la cual los congresistas fueron saturados de peticiones de electores para obtener una cotizada invitación.
En un tono conciliador, Francisco homenajeó a esta “tierra de los sueños”, evocando grandes figuras estadounidenses como Abraham Lincoln y Martin Luther King.
El sueño de Martin Luther King “sigue resonando en nuestros corazones”, afirmó.
El Pontífice advirtió a los legisladores estadounidenses del peligro del fundamentalismo”, religioso o no, y pidió evitar la tentación del “reduccionismo simplista” de dividir la realidad entre buenos y malos.
También apoyó “el coraje” para hallar soluciones a tensiones internacionales, una referencia soslayada a las conversaciones abiertas por Estados Unidos con Cuba e Irán. Llamó a acabar con el comercio de “armas letales vendidas a aquellos que pretenden infligir un sufrimiento indecible”.
"Recen por mí"
Francisco se dirigió luego desde un balcón a más de 50.000 personas congregadas desde la madrugada a los pies de la colina del Capitolio.
Más de 10.000 personas en la Casa Blanca y otras miles más durante un recorrido en papamóvil siguieron cada paso del popular Pontífice, que causó sensación con sus traslados en un Fiat 500 L.
Con un “buenos días” en español, el Papa despertó la algarabía de la multitud, a la cual en el mismo idioma pidió: “recen por mí” y “deséenme cosas buenas”.
Como era esperado, cada partido vio validadas sus posturas en el discurso papal en el Congreso.
“El papa Francisco ha sido una poderosa voz a favor de la vida en tiempos en que la vida está profundamente amenazada en Estados Unidos”, dijo el senador y precandidato republicano Ted Cruz.
“Nos recordó nuestra sagrada e ineludible responsabilidad hacia aquellos que intentan salir de la pobreza, la persecución y la guerra, y nos desafió a rescatar nuestro planeta de la crisis climática que amenaza el futuro de nuestros hijos”, dijo por su lado la líder del bloque demócrata, Nancy Pelosi.
Luego de su visita al Congreso, el Papa tuvo un encuentro con personas sin techo en una iglesia de Washington.
El miércoles también ofició una misa de canonización para el fraile español Junípero Serra.
En Nueva York pronunciará un discurso durante la Asamblea General de la ONU y en Filadelfia presidirá un encuentro mundial de familias católicas, en presencia de un millón y medio de personas. Partirá de Estados Unidos el domingo.